Degenerando

Degenerar es una manera de medrar en política. Lo expuso magistralmente Juan Belmonte, matador de toros, cuando explicó cómo su banderillero, Joaquín Miranda, llegó a ser nombrado por Franco gobernador civil de Huelva. Degenerando, muchos han ocupado puestos de relumbrón, pero en la izquierda últimamente se nota más esta querencia de tintes burocrático-autoritarios. Lo acabamos de ver con el ascenso de Luis Nieto a la dirigencia de Podemos en Madrid. El hecho más notable de su currículo es haber formado parte, al filo de la década de los ochenta, de la cúpula de «Loita Armada Revolucionaria», un grupúsculo terrorista vinculado al «Partido Galego do Proletariado» que apenas sobrevivió durante un par de años, pues fue desmantelado por la Guardia Civil el primero de septiembre de 1980 cuando sus tres miembros más destacados —Nieto, entre ellos— fueron detenidos tras cometer un atraco para financiarse. Hay que decir que sus habilidades como pistolero dejaban mucho que desear, pues su arresto se produjo apenas unas horas después del asalto a la entidad bancaria rapiñada. Condenado a cinco años de prisión, fue indultado por el gobierno de Felipe González en 1983 gracias a los buenos oficios de Joaquín Ruiz Giménez. Tras ello, hizo las américas revolucionarias en Honduras, Nicaragua y Guatemala. A su regreso a España, ya en 1995, sirvió de enlace madrileño en la «Intersindical Galega» y de aparatich en Izquierda Unida. Degenerando, ascendió a asesor de la alcaldesa Carmena y, ahora ya, al cargo indicado.

Como es obvio, nada hay que reprochar a los podemitas que le auparon al poder local madrileño de su partido, pues cada quien se fía de quien quiere, incluso con el historial de Nieto. Pero lo que resulta un signo de degeneración es que éste se presente ahora como un luchador por la libertad diciendo que forma parte de un grupo de «personas que en nuestra juventud arriesgamos nuestras vidas por traer la democracia». ¿Armado con una pistola y en 1980, cuando la Constitución llevaba dos años vigente?, pregunto. Degenerando, los del PSOE se tragan esos embustes y aún otros más portentosos. Lo hacen por la patria.