
Canela fina
El chantaje de quienes le mantienen en Moncloa
«Tanto en la OTAN como en la amnistía, Sánchez se ha sometido al chantaje de los partidos que le mantienen en La Moncloa»
En las elecciones generales, hace ahora dos años, Pedro Sánchez obtuvo un pobre resultado: 120 escaños. Para encaramarse en la mayoría absoluta necesitaba 56 más. Los consiguió con el apoyo de 20 partidos, los 15 integrados en Sumar, más los ultraizquierdistas ERC, Bildu, Podemos (posteriormente) y BNG y los derechistas PNV y Junts. En una inteligente operación de circo, Sánchez consiguió el respaldo de todos. Se instaló sobre una debilidad sin precedentes en el Parlamento democrático español y, desde el primer momento, dedicó sus mejores esfuerzos a atender las exigencias de esa veintena de partidos, tratando de contentar a todos.
Yolanda Díaz, en primer lugar, y también ERC, Podemos, Bildu y algún otro, plantearon al presidente hace semanas esta alternativa: si aceptaba que el rearme español ascendiera hasta el 5% del PIB, le retirarían el apoyo parlamentario. Pedro Sánchez rizó el rizo. Firmó junto a todas las naciones que integran la OTAN el incremento del 5% y, a la vez, cruzó cartas e hizo contundentes declaraciones públicas asegurando que no cumpliría lo firmado y se quedaría en el 2,1%. Una incongruencia, un despropósito de grueso calibre.
Eso sí, con la habilidad cien veces demostrada le ganó el relato a la oposición, consiguiendo que en los periódicos impresos, hablados, audiovisuales y digitales sus alfiles periodísticos y los tertulianos sanchistas escondieran el fondo de la cuestión al insistir sobre el deterioro que para el Estado del bienestar supondría el 5% de gasto militar.
Pues no. Pedro Sánchez ha protagonizado el gran escándalo en la OTAN, no porque se oponga a las consecuencias del 5% sino porque aquellos que le mantienen en el poder, le han exigido el rechazo a las condiciones otanistas. De la misma manera, le importa un bledo la constitucionalidad o no de la ley de Amnistía. La ha promulgado porque, en caso contrario, Puigdemont, el prófugo golpista, le hubiera retirado el apoyo de sus siete diputados.
Absurdo, en fin, caer en la trampa tendida por Pedro Sánchez para que se debata si el 5% lesiona o no el Estado del bienestar o si la amnistía es o no constitucional. Tanto en un caso como en el otro, la verdad es que Sánchez se ha sometido a las exigencias o al chantaje de los partidos que le mantienen en el poder.
Luis María Anson de la Real Academia Española
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