Opinión
«Fichajes» políticos
Es la ’'corrección política’' y la dictadura del relativismo en estado puro
La inminencia de las elecciones autonómicas en Cataluña ha puesto de actualidad los «fichajes» entre partidos políticos para integrar las candidaturas, que parecían propios de otras actividades, a las que pertenecían en exclusiva, en especial el fútbol. Con el tiempo, el mercado de fichajes se generalizó a otros deportes de alta competición hasta llegar a las grandes corporaciones empresariales y financieras, donde el del CEO parece ya arraigado.
Pero hasta ahora, siempre vedado el acceso a instituciones donde la profesionalidad y «sentir los colores» estaba identificado con acreditar convicciones, principios y valores que definen un proyecto y una determinada cosmovisión del mundo, la patria, la sociedad y la persona y, por tanto, no susceptibles de «cambio de camiseta».
Otra cosa es el salto desde la vida civil al compromiso político público, incorporándose al partido que mejor se identifica con sus convicciones personales, que para nada es un «fichaje» entre partidos con posiciones distintas y distantes en cuestiones esenciales.
Pero en la actual «sociedad líquida» en la que vivimos, parece que de lo que se trata es no tener posiciones sólidas sino «tibias» para no ser tachado de radical o «ultra». Ante este panorama, resuenan en nuestros oídos las duras palabras del libro del Apocalipsis: «Ojalá fueras caliente o frío, pero eres tibio y, por ello, te vomitaré de mi boca». Es la «corrección política» y la dictadura del relativismo en estado puro, con los partidos concebidos como meros instrumentos de poder.
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