Coronavirus

El virus mata las fiestas y los fines de semana

Jesús Sánchez Martos

La gran «asignatura pendiente» del Gobierno de España continúa siendo la falta de un mando central y coordinado con todas las comunidades, con el fin de garantizar los mismos protocolos de seguridad y la equidad para todos los ciudadanos. Desde marzo, el Gobierno trata de quedarse en «fuera de juego», trasladando la responsabilidad a las autonomías, razón por la que finalmente hemos asistido a 17 Navidades distintas, a pesar de que el ministro Illa nos aseguró que no iba a ser así. Ahora, se vuelve a repetir la situación con el «incumplimiento» de un plan estratégico de vacunación, dictado por un Gobierno que no se implica, que no establece las medidas y recursos necesarios para poder llegar a vacunar al 70% de los españoles antes del verano.

Y si no hay instrucciones claras desde el mando centralizado de salud pública del Gobierno, nos encontramos con situaciones en las que el porcentaje de personas vacunadas desde el 27 de diciembre, día del «postureo» de nuestros responsables políticos, son diferentes: algunas comunidades como Asturias ha vacunado al 60,7% de la población, mientras otras como Cataluña y Madrid, alcanzan el 20,3% y el 11,5%.

Cuando ya hemos superado los dos millones de casos en España, y con cifras de nuevos contagios alarmantes, parece que nuestras autoridades sanitarias no son conscientes de que el coronavirus continúa matando durante los fines de semana y los días festivos.

Es totalmente inadmisible que el Gobierno de España no obligara en su plan estratégico, a que la vacuna se administre durante todos los días, incluidos los festivos y los fines de semana, algo que no se ha hecho de momento. La falta de coordinación del Ministerio de Sanidad y de instrucciones precisas está facilitando situaciones inconcebibles, como el hecho de que algunas comunidades, guarden la mitad de las vacunas para cuando llegue el momento de la segunda dosis porque no se fían de que les sigan llegando dosis.

También es inadmisible la picaresca de la Residencia de Mayores Valdesur de Valdemoro, que ha administrado «las vacunas que les han sobrado», según ellos, a familiares de los residentes. Y ahora, ¿quién les asegura la segunda dosis a estas personas? No, las vacunas no sobran, o no deberían sobrar si el plan de vacunación del Gobierno estuviera totalmente coordinado con las comunidades, para garantizar en todo momento la trazabilidad de las vacunas. Y de ahí, la necesidad indiscutible de llevar un registro totalmente transparente de las personas vacunadas y también de todas aquellas que se niegan a vacunarse, aunque sin necesidad de hacer públicas sus razones.

La Agencia Europea del Medicamento aprobó la vacuna de Moderna y el ministro nos asegura que en 2 semanas podremos disponer de 600.000 dosis, recordando que al igual que la de Pfizer es necesario administrar dos dosis para conseguir su eficacia, pero el Gobierno sigue trasladando toda la responsabilidad a las comunidades ¿Qué papel juega entonces el Ministerio de Sanidad en el control de esta pandemia?

También es cierto que la confusión de algunos políticos de altura les hace olvidar que la responsabilidad de contratar a los sanitarios necesarios para poder cumplir con el calendario de vacunación, les corresponde directamente a las comunidades, al igual que establecer los convenios que sean necesarios con ONGs como es el caso de Cruz Roja y la Comunidad de Madrid, o con los centros privados que sean necesarios, e incluso solicitar al gobierno de España la ayuda de los profesionales del Ejército, que tanto nos han ayudado a todos desde el principio de la pandemia. ¡Pero todos los contratos con total transparencia! Hoy no es momento de enfrentamientos políticos o sindicales sobre la privatización de la sanidad pública; es el momento de remar en la misma dirección, la de la vida, ayudando todos a conseguir el máximo cumplimiento de la vacunación a toda la población.

También es el momento de la reflexión política, tanto desde el Gobierno central como de los autonómicos, porque las cifras de nuevos contagios aumentan de forma alarmante por las fiestas navideñas, y es el momento de tomar decisiones valientes.

Jesús Sánchez Martos es catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid