Opinión

Los sediciosos quieren una amnistía

El sueño rupturista del independentismo catalán no ha quedado zanjado con aquella sentencia porque su fuerza es proporcional a la debilidad y la complicidad del gobierno socialista-comunista

No hay que sorprenderse porque los políticos catalanes condenados por el Tribunal Supremo quieran una amnistía. No les basta el indulto, sea total o parcial, o una reforma vergonzosa del Código Penal que les favorezca. Los delitos fueron muy graves y los hechos probados muestran, sin atisbo de duda, que lo hicieron. Y, por si alguien tiene dudas, cabe recordar que no han parado de decir que «lo volveremos a hacer».

El sueño rupturista del independentismo catalán no ha quedado zanjado con aquella sentencia, porque su fuerza es proporcional a la debilidad y la complicidad del gobierno socialista-comunista. Este lunes se fotografiaban con la palabra «Amnistía», para dejar muy claro que siguen en su juego político, aunque en esta ocasión sea con un objetivo electoral. Durante los últimos años del franquismo y el comienzo de la Transición, las manifestaciones en Cataluña se hacían con el lema de «Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomia».

En cualquier momento volverán al grito de «Amnistia» e «Independencia». El primer término tiene una clara connotación política y por ello no les gusta el indulto que generosamente estudia La Moncloa y que todo depende de un criterio de mera oportunidad política El indulto, como viene siendo habitual, se ha convertido en una perversión del espíritu de gracia, porque convierte al gobierno en una última e indeseada instancia judicial. No se trata de corregir situaciones sociales o familiares que justifiquen que el condenado pueda acogerse con el apoyo de los perjudicados por los delitos y el apoyo del tribunal y la fiscalía.

El indulto debería servir para favorecer a presos reinsertados a los que se puede acortar el cumplimiento de la pena por cuestiones humanitarias. En cualquier caso, debería basarse en su disposición para reincorporarse a la sociedad y no volver a delinquir. Los protagonistas de la significativa foto de ayer no sólo no tienen propósito de enmienda, sino una clara voluntad de repetir el delito en el momento en que se les presente la oportunidad. Por ello, lo que se ajusta a Derecho es el cumplimiento de las penas, aunque recibiendo, como es lógico, los beneficios que nuestra generosa legislación les conceda.

No cuestiono el derecho que la Constitución otorga al Gobierno, pero sí es conveniente poner de manifiesto que estaremos ante una actuación arbitraria de carácter partidista que es injustificable jurídica y éticamente. No hay que olvidar que fueron condenados por cometer unos delitos muy graves y no por ser independentistas. Es evidente que las formaciones que la defienden pueden desarrollar sus actividades con normalidad, incluso en mayor medida que los sufridos constitucionalistas.