Sucesos

Consternación

Atentar contra los hijos sabiendo que el dolor, tanto físico como emocional, que podemos llegar a soportar es altísimo, es provocar el daño más desgarrador, salvaje y cruel

De nuevo todo el país consternado por la desaparición de dos niñas. Su madre, Beatriz, difunde desesperada un vídeo en el que las hermanas de 6 y 1 año interactúan y se besan dulcemente. Anna y Olivia llevan desaparecieron en Tenerife el 29 de abril y lamentablemente es inevitable recordar a los hermanos Ruth y José, secuestrados y asesinados por su propio padre en Córdoba en 2011.

Por todas las noticias que protagoniza la violencia, cuyo único desenlace es el dolor que a veces queda perpetuado en un sufrimiento eterno, agradecemos la ayuda, el ejemplo y la solidaridad de toda la sociedad. Muchas personas anónimas se han lanzado a compartir los dulces rostros de las pequeñas con el deseo y la esperanza de que estén en algún lugar.

La pista de Tomás Gimeno, el padre de Anna y Olivia, se pierde en el mar. Y nos desgarra el alma no saber dónde pueden estar las pequeñas. Antes, advirtió a Beatriz (madre de las niñas y su ex pareja desde agosto del 2020), que no volvería a verlas. Esta es la mayor condena, el mayor castigo que algunos ex cónyuges (tanto ellos como ellas) deciden imponer cuando el amor se acaba, como venganza capaz de crear el mayor daño posible. El odio, el desprecio, la humillación… se llega a demostrar también hacia los hijos. La tragedia es mayor cuando, aprovechando la custodia de los hijos, deciden acabar con su vida para vengarse de la madre.

Atentar contra los hijos sabiendo que el dolor, tanto físico como emocional, que podemos llegar a soportar es altísimo, es provocar el daño más desgarrador, salvaje y cruel. Desgraciadamente la perseguida (sin el éxito deseado) violencia machista, atenta también contra los hijos, cuando, por ejemplo, la ex pareja no acepta la separación y solo piensa en infligir el mayor dolor posible.

Gracias a quienes se lanzan a diario a defender a estas mujeres que son atacadas o acosadas por sus propias parejas o exparejas. Y por favor no dejemos de recordar a padres y madres separados, que los hijos son el motivo por el que un día sus caminos se cruzaron. Son el auténtico milagro que ambos han de cuidar.