Economía

Autónomos

Subir así las cuotas obligatorias será un crimen más

Cuentan que están planeando subir la cuota impositiva de autónomos hasta la estratosfera. La mayoría de autónomos pagan dicha cuota por obligación. No porque puedan permitírselo, o porque esperen que el día de mañana, cuando se jubilen, vayan a recuperar algo de lo que pagan ahora… ¿Quién, honestamente, confía ya en esa jubilación…? La prueba de que casi nadie cree que un autónomo vaya a percibir una jubilación digna dentro de unos años es que las cuotas que el sector cotiza a la Seguridad Social son, mayoritariamente, el mínimo permitido, que en teoría da derecho a una pensión (en caso de que llegue a cobrarse) ridícula. Además, tras el devastador año 20, en que han suspendido los derechos fundamentales, impidiéndoles trabajar, los autónomos han sido el colectivo más brutalmente golpeado: sin poder abrir la persiana, sin posibilidad de salir a la calle a ganarse las lentejas, la inmensa mayoría está en la ruina. Pero a ojos del poder y de una buena parte de la sociedad que quizás ignora lo que significa trabajar por cuenta propia, los autónomos no son trabajadores dignos de solidaridad, sino gordos empresarios dickensianos que mantienen a Oliver Twist esclavizado en las minas de sal de sus lujosas residencias de VPO franquistas. La triste verdad es otra. Muchos autónomos están en una edad en que no consiguen empleo asalariado (hay empresas que rechazan contratar a personas con cargas familiares, o a las que es más difícil despedir y malpagar, a las que ya no se puede tratar como becarios…). Los autónomos alivian considerablemente a empresas y Estado: sosteniendo a ambos, dado que las primeras se ahorran los gastos sociales que conllevaría contratar a un trabajador, mientras el Estado ingresa por él una cantidad fija, a pesar de que el profesional apenas trabaje (¡porque no encuentra trabajo!). Ser autónomo es un chollo para todo el mundo, excepto para los mismos autónomos. Subir así las cuotas obligatorias será un crimen más, ejecutado sobre un sector depauperado, exhausto, hambriento el día 20 de cada mes y que, después de la aterradora temporada 2020-21, ha sufrido económicamente más que nadie.