Política
Sánchez toma carrerilla
A partir de septiembre las encuestas –excluidas claro está las de Tezanos– ya sí empezarán a ser indicativas. Veremos
Decía Jorge Valdano que el fútbol es un estado de ánimo, aseveración tan cierta como que una carambola del balón en el último minuto, una expulsión o un penalti pueden dar un vuelco total al partido, «es la grandeza de este deporte» dicen los entendidos. Pero si existe algo equiparable a la hora de mostrar bandazos en los estados de ánimo, sin duda alguna eso es la política ofreciéndonos todo un muestrario de como pueden cambiar de barrio en tan solo un par de días las melancolías y las euforias desatadas. Pablo Casado en su todavía corta trayectoria al frente del PP puede dar buena fe de ello. Sabe lo que es descender a los infiernos de 66 escaños en unas elecciones generales –foto de funeraria incluida junto a Suárez Illana la noche electoral– y volver a respirar consolidándose como referencia de la oposición al repetirse las elecciones y mediando la semi desintegración de Ciudadanos, por no hablar de un descalabro en las autonómicas catalanas que parecía enterrar al presidente popular y el posterior éxito madrileño del «4-M» que volvía a desenterrarlo. Pedro Sánchez también sabe mucho de estar arriba y abajo desde sus inicios al frente del PSOE pasando por las giras al volante de un Peugeot, pero es ahora, ya en la Moncloa y sufriendo los varapalos propios de algunos clamorosos errores en la gestión del gobierno, con las encuestas situando por primera vez en cinco años al PP como primera fuerza política y con posibilidades del gobernar, cuando el presidente del ejecutivo ha vuelto a experimentar esos sutiles movimientos a veces de efecto mariposa que hacen pensar en revertir la situación justo cuando entramos en la fase decisiva de la liga continuando con términos futbolísticos.
El éxito del candidato «sanchista» Espadas sepultando políticamente a Susana Díaz en las primarias andaluzas sumado a lo que ya se considera nuevo escenario tras un «Colón-2» cuyo golpe ha sido absorbido por el airbag del gobierno o la lenta lluvia fina a la hora de familiarizar a la feligresía propia con los indultos abren una etapa que pretende dar por superado el momento de debilidad política y a la que se buscan «fotos» para la esperanza como la de Von der Leyen, hada madrina de los dineros europeos a falta de una imagen junto a Biden que salió velada. A partir de septiembre las encuestas –excluidas claro está las de Tezanos– ya sí empezarán a ser indicativas. Veremos.
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