Opinión

Sánchez: «El Estado soy yo»

«Lo peor va a ser el daño provocado a la credibilidad de las instituciones»

Tras el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, ahora le ha tocado el turno al Tribunal de Cuentas, al que Ábalos señaló por «estar poniendo piedras en el camino», así como el mismo Sánchez, insinuando claramente su ausencia de independencia y calificándolo de mero «órgano administrativo».

Todo ello porque este Tribunal, en el ejercicio de sus competencias fiscalizadoras sobre la Cuenta General del Estado, ha incoado el embargo de propiedades de responsables políticos condenados, entre ellos Artur Mas, para hacer frente a sus responsabilidades por la malversación de fondos públicos con ocasión del Procés.

La noticia consiste en que el señalamiento al Tribunal pone de relieve la idea que del Estado tienen los actuales gobernantes, sin respeto a la separación de poderes, ya que la institución depende de las Cortes Generales, que la controla a través de una Comisión mixta Congreso-Senado, y que sus 12 consejeros son elegidos por las Cámaras por una mayoría cualificada de 3/5, lo que exige un necesario acuerdo parlamentario para su nombramiento.

Sánchez actúa cual Rey Sol, que afirmó que «L’Etat c’est moi», y no acepta que nadie ponga obstáculos a su deseo de garantizarse el apoyo de los separatistas para seguir en La Moncloa. A este ritmo, se van a hacer eternos los dos años que faltan para que ejerza la presidencia de turno del Consejo Europeo que nos corresponde en 2023, y con la imagen de gran estadista convoque elecciones. Lo peor va a ser el daño provocado a la credibilidad de las instituciones.