Podemos

¿Quiénes frivolizan sobre Cuba?

La izquierda española lleva ya demasiados años sin saber realmente qué es lo que quiere ser de mayor a la hora de manifestarse frente a dictaduras de distinto signo

Resulta enormemente curioso contemplar como los mismos que ponen en duda la total salubridad de la democracia española hablando de cloacas, de justicia patriarcal o de un régimen del 78 contaminado por el franquismo, niegan la mayor a propósito de la condición de dictadura en el régimen cubano e incluso recurren, cuando salen a colación barrabasadas de regímenes comunistas o bolivarianos, al manido carril de ponerse muy dignos denunciando una supuesta hipocresía y frivolización cuando desde posiciones democráticas se contempla, por ejemplo lo que está ocurriendo ahora en la isla caribeña. La «matraca» es la de siempre por muy oprimido que se encuentre el pueblo cubano, las acomodadas democracias occidentales solo tienen ojos para Cuba y no para el caso de China entre otros, e ignoran el bloqueo norteamericano -siempre el bloqueo- sobre este país.

La izquierda española lleva ya demasiados años sin saber realmente qué es lo que quiere ser de mayor a la hora de manifestarse frente a dictaduras de distinto signo, ignorando que la rotundidad con que se define y condena a un régimen fascista no desactiva la misma calificación para los regímenes comunistas, por mucha épica trufada de merchandising de rastro madrileño que sugieran todavía los Castro y especialmente el mitificado Ernesto Che Guevara.

Pero sabido que miembros de podemos y el propio líder del partido comunista forman parte del actual Gobierno de España y dando por hecho que no van a mentir en sus claras posiciones de defensa del castrismo, no estaría de más dejar clara y meridiana la posición de nuestro Ejecutivo, sobre todo ante el reto de la comunidad internacional porque, si hay una política de estado con la que no pude jugarse, esa es la política exterior. El Gobierno de Sánchez depende del apoyo de Podemos pero eso no significa que la coalición morada tenga que condicionar los movimientos y el claro posicionamiento del Ejecutivo en esta materia. Lo hemos comprobado en la posición frente al régimen venezolano -caso Delsy incluido- también frente a Marruecos con los engorrosos guiños podemitas hacia el frente polisario o ahora en el caso de las legítimas protestas pacíficas contra el régimen castrista. Una ministra portavoz de estreno siempre merece margen de confianza, pero su papel no debe confundirse con el de aquellas presentadoras televisivas de antaño que, hablasen de lo que hablasen no borraban de su cara la permanente sonrisa. Cuba no merece como respuesta un “manzanas traigo”..