Opinión

«Solo se defiende lo que se ama»

«El ejército afgano claudicó porque no sabía qué defendía»

La desbandada de Kabul cual otro Saigón, sugiere que ya se hable del final del «siglo americano». Putin, sintiéndose ahora vencedor tras la retirada soviética del mismo escenario hace treinta años, ha afirmado que la OTAN no tiene sentido, puesto que pertenece a otro momento de la Historia ya superado.

Lo cierto es que los valores de Occidente, sus raíces cristianas, fundamento de los derechos humanos, su democracia… han resultado derrotados por los talibanes «que han ganado la guerra», según Borrell, por lo que «hay que dialogar con ellos». Resulta clamoroso el silencio de nuestro lobby gubernamental feminista ante el futuro que se cierne sobre las mujeres afganas, y no hablemos ya del colectivo LGTBI. Todos ellos fueron contrarios desde el primer momento al despliegue militar de 2001, y ahora callan cual corderos silenciosos. Biden sale de este episodio con su credibilidad maltrecha y Kamala Harris, como la «tapada» demócrata sustituta en el horizonte.

La UE solventa la papeleta con una reunión telemática con los cancilleres europeos con tintes de funeral. Mientras, la OTAN combatiendo el cambio climático suena a la orquesta del Titanic. EEUU, UE, OTAN… el Imperio Romano sucumbe ante los actuales bárbaros muyahidines. Aunque había caído antes por su decadencia al abandonar los valores que le encumbraron.

Los talibanes –Irene Montero estará contenta porque no son talibanas ni talibanos– han derrotado a un ejército afgano que claudicó porque no sabía qué defendía. Solo se defiende lo que se ama, y estos afganos no aman Occidente.