Libertad duradera

Así se denominó la operación destinada a liquidar el Estado talibán convertido en base de Al Qaeda en Afganistán, desde donde se organizó y ejecutó el 11-S hace ahora veinte años. No debe olvidarse este comienzo para poder evaluar con rigor los sucesos actuales que tienen su epicentro en el aeropuerto de Kabul. Que los talibanes se permitan exigir plazo para la retirada –convertida en virtual desbandada– de las tropas estadounidenses y sus aliados, es la imagen de una derrota sin paliativos y de un fracaso total de aquella operación.

Ahora comienza la etapa de la evaluación de lo sucedido y de extraer las consecuencias que procedan. En cualquier caso, ha quedado acreditado que la OTAN sale totalmente cuestionada de la aventura, y exige que la UE se plantee seriamente su autodefensa, vista además la actuación unilateral de EUU y la «duración limitada de la libertad» para Biden.

Con las actuales China y Rusia por el oriente, depende de nosotros mismos que la libertad sea duradera. Pero empezando por España, donde no es razonable tener un Gobierno con comunistas en su seno y subsistiendo gracias a quienes quieren literalmente nuestra destrucción. No se puede vivir anclado en la contradicción de un oximoron existencial como es la España de Sánchez.

En el siglo V el Imperio Romano –el equivalente a la actual UE– cayó estrepitosamente invadido por los bárbaros y por su previa decadencia interior. Hoy la Historia se repite. Somos como un árbol sin raíces, a merced del viento que sople.