Perros

Cursos de perros

El Gobierno obligará a hacer un curso sobre cuánto sacar al caniche. Ojalá uno de cuánto visitar al abuelo

Notas del 6 de octubre, la Fiscalía se inclina por archivar el caso de las cuenta del Rey Emérito. Don Juan Carlos pasará a ser directamente culpable.

Hace un miércoles de perros, y lo digo porque el Gobierno obligará a hacer un curso para tener uno. A mí Sánchez me recuerda a un dálmata, que es un perro elegante y superficial que me gusta mucho. Van a imponer el curso de perrero porque los desalmados los abandonan en las cunetas y un poco porque tiene perro cualquiera. Jesús Nieto Jurado tiene uno de escayola que le escribe las columnas y que se llama Lupo. Hasta yo mismo tengo dos perros preciosos y eso que el verano pasado se me fue La Sua, que tenía mirada de catedrático de derecho romano y se tumbaba sobre mis pies mientras escribía en mi cuaderno. Ahora viven con nosotros Ginger, en la que veo a una joven inglesa alocada con minifalda y botas katiuskas en el festival de Glastonbury y Lur, un perro sentimental, grave y librepensador que me ayuda a vivir el presente.

Curso de dueños de perro; por supuesto el contenido curricular lo eligen los perros: es fundamental tirar lejos la pelota, dejar subirse al sofá y ser generosos con el chorizo de Cantimpalos. El examen será inmisericorde con el que no haya alcanzado la nota, pues mi Españita es que se puede suspender en Medicina, pero en esto, no. Merecerán especial atención las asignaturas: ‘A los perros no nos gustan los abrigos’, ‘Me como tus calcetines porque te quiero’ y sobre todo ‘Tu perro no es tu hijo’ que conviene saberse por el bien del perro, pero sobre todo por el bien del hijo. Si hago las cuentas del amor, en Madrid casi siempre les hacen más cucamonas a mis perros que a mis niños, y eso que son niños guapos, como la madre.

Es curioso que tengamos que pasar cursos para tener perro, pero no para tener un hijo. Está bien proteger a los animales, sobre todo a los de dos patas. Después de un examen sobre cuánto sacar al caniche, ojalá implanten un curso de cuánto visitar al abuelo.