Opinión

Pablo, el enemigo no es Ayuso

Todos los afiliados no pertenecientes a la cúpula del PP de la Comunidad Valenciana y todos los votantes con los que he hablado estas últimas semanas, no entienden la batalla entablada desde la Dirección nacional contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para que no acceda a la Presidencia regional. Ninguno defiende la cruzada emprendida desde la calle Génova. Y lo que es peor, algunos expresan su disgusto con la inclinación de votar a Vox. El argumento más generalizado incide en que el principal objetivo de Pablo Casado, y con él el de Teodoro García Egea, se centra en conseguir la Presidencia del Gobierno de España. Una vez en la Moncloa, no le toserán ni Ayuso, ni Feijó, ni Moreno, ni López Miras, ni Mañueco, por nombrar a los populares que dirigen comunidades autónomas. Así lo demuestra la historia.

¿Quién tosía a Felipe, a Aznar, a Zapatero, a Rajoy o, ahora, a Sánchez? A este último, el ejemplo más expresivo de lo que digo, los mismos que lo echaron un día, hoy se la están libando. Todos coinciden en que Casado necesita apoyarse en los valores electorales actuales y entre ellos destaca el bagaje de la presidenta madrileña. La razón indica que logrará mayor botín de su brazo que embroncado con ella.

Siempre ha habido coincidencia de opiniones respecto a que el peor escenario para un partido es presentarse dividido a las elecciones. Por ello, el rechazo a esa guerra es mayoritario, más aún en un momento en que las encuestas presagian vientos favorables al PP, cuyos dirigentes han de ocuparse de ejercer una oposición dura con alternativas más eficaces que las del actual Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez.

Algo falla en el PP cuando coincide en matar a la persona que más desea liquidar Pedro Sánchez. Este es el enemigo, no Ayuso. Así es la vida.