Política

Sánchez romperá y volverá a pactar

Ese momento en el que se produzca la ruptura no está claro, pero en el ambiente huele a que llegará antes de lo que se pensaban

Las elecciones de Castilla y León abren un nuevo ciclo electoral en el que las piezas se recolocan para afrontar ya las próximas elecciones generales. En esta partitocracia, en la que todo está al servicio del interés del partido, poco importa lo que quede por hacer, o lo que se podría hacer si PSOE y PP hubieran sido capaces de remar en algún momento de la mano. En tiempo siempre de descuento hacia las siguientes urnas los socios de Pedro Sánchez empiezan a oler a quemado.

El cortejo del Gobierno para recuperar relaciones ha empezado, pero todos saben que tienen que andarse con cuidado y vigilarse las espaldas porque, en el momento que mejor le venga, el presidente del Gobierno romperá con ellos para ir cómodo a las elecciones y, luego, pactar de nuevo, por supuesto.

Ese momento en el que se produzca la ruptura no está claro, pero en el ambiente huele a que llegará antes de lo que se pensaban. Los socios han probado ya la facilidad con la que el líder socialista ofrece y rectifica, y si no que le pregunten a ERC, que no sabe qué hacer para poner sordina a sus lamentos. Necesita que le den algo, aunque sea el teatro de la «mesa», y el presidente que se liberó del peso de Iván Redondo sabe que su misión no es ya pasar a la historia como el forjador de un nuevo anclaje de Cataluña en España.

Todos se sienten estafados, o a lo mejor es que todos han querido dejarse engañar. Pero, al mismo tiempo, todos tienen claro que este modelo de cohabitación es el más rentable para sus intereses. Así que Sánchez romperá para volver a pactar si la economía le da la oportunidad de hacerlo y si en la izquierda no se impone el hastío frente a la movilización de la derecha.

Y en el camino PSOE y PP seguirán recogiendo de Vox lo que ellos siembran: ya deberían haber entendido que a Vox lo votan porque en este erial de la política española la gente cree que son los únicos que les dicen verdades como puños. Cuanto más emotivamente ficticia hagan la política española los que están al frente de las instituciones más espacio les ganará Vox. Y aquellos que pensaban que era un fenómeno coyuntural, que moriría a la vez que las razones que lo impulsaron, deben empezar a reconsiderar un cambio de paso. Si no estructural, sí duradero a medio plazo.