Podemos

Prioridades progresistas

La conclusión es que la prioridad de Unidas Podemos es crujir fiscalmente a la mayoría de los trabajadores.

La dirigente de Unidas Podemos, doña Sofía Castañón, explicó hace un tiempo las prioridades de su formación durante este año, y señaló como «objetivo prioritario» revisar «a fondo» la política fiscal. No puedo estar más de acuerdo. Hay que revisar a fondo la Hacienda Pública. Lo malo, sin embargo, es que entre las prioridades de Podemos no figuran ni la teoría económica, ni la aritmética. Veamos.

La señora Castañón, según leí en «El País», señaló que para ser «justa y progresiva» la política fiscal debe ser una «que baje un poco los impuestos a trabajadores, pymes y autónomos, y los aumente significativamente a las grandes fortunas y grandes corporaciones». Resulta entrañable que haya confesado paladinamente que los progresistas de Podemos no quieren bajarle mucho los impuestos al pueblo trabajador, sino solo «un poco». Pero el problema de teoría económica que padece doña Sofía, y que comparte con el populismo antiliberal, estriba en que cree que aumentar «significativamente» el castigo fiscal a los ricos y a las grandes empresas no tiene ninguna repercusión negativa sobre la clase trabajadora, lo que es insostenible.

Para colmo de males, la señora diputada precisó: «Nuestro objetivo no puede ser volver a 2019, sino construir un futuro distinto en el que la austeridad, los privilegios de los ricos y los recortes de los servicios públicos pasen por fin y de manera definitiva a la historia». Dejemos de lado el hecho objetivo de que el gasto público no se redujo de manera apreciable en ningún país del mundo, y que la famosa «austeridad» es un camelo. Lo importante es que doña Sofía quiere aumentar dicho gasto todavía más. Y aquí tropieza con una segunda dificultad: la aritmética, que aún no ha sido abolida.

En efecto, si Podemos quiere más gasto público, ¿cómo espera financiarlo? El argumento de «los ricos» es insuficiente, porque no hay manera de financiar los onerosos Estados modernos con el dinero de los millonarios, ni siquiera expropiándoles todo lo que poseen. Lo de las grandes empresas es otra fábula, porque la incidencia fiscal demuestra que su tributación no es soportada por una minoría acaudalada sino por la gente corriente.

La conclusión es que la prioridad de Unidas Podemos es crujir fiscalmente a la mayoría de los trabajadores. Aún más. Este debe ser el famoso progresismo.