Ola de Calor

Ola de calor

O nos estamos quietos, o la implacable ley de Lavoisier se cumplirá eterna e inexorablemente condenándonos a una ola de calor tras otra

¿Y cómo no va a aumentar el calentamiento del planeta después de ver a Chanel por Eurovisión? Al bullir y crepitar de la testosterona de miles de televidentes europeos hay que sumar la temperatura de todos los que están ya quemados intelectualmente por sufrir el constante avance de la ramplonería en las letras de la música popular. ¿Y cómo no va a subir la temperatura del globo terráqueo? Si los cables sobrecalentados de fibra óptica no hacen más que trasladar mensajes inflamados de opinadores ardientemente apasionados que, a su vez, encienden los ánimos de un público empapado de sudor destinado a la transpiración de líquidos al borde de la ebullición. ¿Y cómo entonces esperamos que no vaya a calentarse el medio ambiente? Si los gimnasios andan repletos a toda hora de seres humanos obsesionados con quemar calorías, si se consumen enormes sumas de dinero en diseñar máquinas carísimas que se desplazan movidas por el método de la combustión interna. ¿Y cómo evitar que el termómetro suba y suba? Si todos –y somos muchos– deseamos experimentar en algún momento de nuestras vidas la fiebre de la libertad, si la irradiación de nuestros anhelos y el frenético movimiento en que nos embarcamos para conseguirlo convierte la fricción en calor constantemente. ¿No era eso (el calefactado del medio en que vivimos) lo que perseguíamos desde el día que encendimos la primera hoguera en las cavernas de la prehistoria?

Electrones que chocan con electrones. Átomos que se agitan ¡Cómo envidio la supuesta y mítica criogenización de John F. Kennedy! ¡Qué fresquito debe estar el estadista! O nos estamos quietos, o la implacable ley de Lavoisier se cumplirá eterna e inexorablemente condenándonos a una ola de calor tras otra.

Hasta que llegue la próxima glaciación y consigamos, al fin, la tranquilizadora criogenización de la humanidad, solo se me ocurre el paliativo de fabricar polos de whiskey de malta de doce años en el congelador de casa.