Teresa Ribera

Galbraith, Mecano, Ribera y contradicciones energéticas

Hans-Werner Sinn, cree que «se pone de rodillas a la industria europea y se la priva de competitividad» y que los europeos sufrirán sin que se logre el «objetivo medioambiental»

John Kenneth Galbraith (1908-2006) economista iconoclasta, amigo y asesor del mítico John F. Kennedy, profesor de Harvard y, sobre todo, divulgador económico y «gauche divine» USA, escandalizaría ahora a los ecologistas de toda clase y condición, si supieran que escribió que «hay pocas cosas en nuestra actividad cotidiana que se exageran tanto como los beneficios del aire puro del campo». Es probable que la «vice» Teresa Ribera, talibán ecológica que a veces debe tragarse sus propias palabras, quizá admiró, allá por los ochenta del siglo pasado, a Mecano (Ana, José, Nacho), el grupo que hoy tal vez tendría que cambiar la letra de uno de sus éxitos «Aire», que tenía su retranca: «Aire de ciudad,» –cantaban– que si bien no es el más sano lo prefiere ser humano». Toda una filosofía en pocas palabras tarareadas por millones de jóvenes en su día. Infinidad de ecologistas de salón se ahogarían –no resistirían– una temporada de aire puro del campo alejados de esas ciudades que consumen energías menos sucias y cada vez más limpias, pero el que lo sean ecológicas con rapidez quizá sea imposible y contradictorio con el bienestar.

Macron anuncia el fin de la abundancia, Sánchez, con timidez, pide prepararse para un invierno difícil, que también debería terminar con la mayor sequía en Europa en 500 años. No solo en el viejo continente. Dominic Royé, de la Universidad de Santiago de Compostela, según recoge The Economist, ha calculado que, sin contar con este verano, los ríos sudamericanos llevan un 35% menos de agua, un 20% los europeos y un 9% los chinos. China, por su parte, al suspender la cooperación con Estados Unidos, se inhibe del «cambio climático». Descarta que sus empresas y ciudadanos se ajusten el cinturón energético. China y también India quieren energía sin importarles de dónde venga. Hay que luchar contra el cambio climático, pero la energía limpia generalizada es todavía un sueño. El Statistical Review of Worl Energy, constata que el 83,1% de la energía que se consume en el mundo es petróleo, gas o carbón. Pasar a una economía limpia sin transición y sin garantías de abastecimiento creará problemas. Hans-Werner Sinn, ex-presidente del Instituto alemán IFO y asesor del ministro de Economía, cree que «se pone de rodillas a la industria europea y se la priva de competitividad» y que los europeos sufrirán sin que se logre el «objetivo medioambiental». Sánchez y Ribera, de asfalto, no lo comparten. Alguien recuerda a Galbraith y Ana Torroja canta: «Aire de ciudad, que si bien no es el más sano lo prefiere el ser humano».