Cuartel emocional

Menos mal que nos queda Portugal

¡Quien se lo iba a decir al país vecino, Portugal, donde hace años solamente tenía el atractivo del vino de Oporto, las toallas, las sábanas y la loza a buen precio! Todo lo demás resultaba cateto, y que nadie se enfade conmigo por decir esto y que nadie se enoje si también revelo que se decía que las mujeres tenían bigote y muchos pelos en las piernas, porque también es cierto. Hoy las lusas son atractivas, bien vestidas e, incluso, bien depiladas, y el país ha salido de la Edad Media en que vivía sumido y las ciudades, aunque incómodas porque están en cuesta, se han convertido en modernas urbes, con edificios epatantes e, incluso, con óptima restauración, si bien la que suscribe pocas veces ha tenido suerte en el terreno gastronómico. Todo esto viene a cuento porque la subida fiscal del gobierno que padecemos está empujando a los inversores españoles a irse a Portugal, que lo tenemos a tiro de piedra. Incluso mucha gente está comprando sus viviendas a lo largo del país, sobre todo en las zonas costeras, para mantener allí su residencia fiscal. Ahí les dejo la idea por si la necesitan, que no es trasladarse a Singapur, por ejemplo, sino que es como cambiar de pueblo e irse al de al lado. Así de sencillo. Si un día la fortuna económica me llega a sonreír, no lo voy a dudar mucho.

Me provocó gran hilaridad la cagada, con perdón, del Gobierno al presentar los presupuestos sin conocer las previsiones del Banco de España. Esa es la grave falla de la improvisación, porque de inmediato llegó el gran Hernández de Cos, a quien mi amiga PGB tiene en altísima consideración, bajando las previsiones de crecimiento en un 33%. Fue muy bochornosa la intervención de la rizos Montero y la redicha Calviño hablando de un 2,1% frente al 1,4% con el que el muy solvente Gobernador les tapó la boca. Esta semana comparecerá en el Congreso de los Diputados, y yo no me lo pienso perder. Por cierto que Sánchez ha osado cuestionarlo. ¡Qué temeridad! Cuando se es tan poca cosa, hay que ser más humilde.

Por lo demás, Lesmes está como la canción de María Dolores Pradera, “que te vas, que te vas y te vas, y no te has ido”, pero también hay que tener en cuenta que el gobierno, que quiere tener el dominio de la Justicia y de todo lo que se mueve, y el PP, que no quiere tolerarlo, no hacen público un acuerdo para renovar el CGPJ de una santa vez, y es que en Moncloa andan muy ocupados enchufando a gentes afines a la ultraizquierda ahora también en embajadas por el mundo adelante, sin ningún tipo de prueba de acceso. Los diplomáticos de carrera están pidiendo explicaciones ante semejante muestra de nepotismo descarado. Sin ir más lejos, la ex ministra Carmen Montón está de embajadora ante la OEA y su marido ha sido contratado como auxiliar de Justicia. Y de esta misma forma una lista bastante abultada de gentes colocadas igual que en la época franquista. Finalmente es cierto que los polos opuestos (¿opuestos?) se atraen.

CODA. Dicen que Putin podría no comer el turrón, o sea, que no llega a Navidad. Protestas, detenciones, ataques a varios centros de reclutamiento… No sabemos hasta cuándo puede mantenerse en pie de guerra, ni si el farol del zambombazo nuclear puede prolongarlo surtiendo algún tipo de efecto. Estados Unidos ya está advirtiendo de que si aprieta el botón rojo, no hay nada que hacer porque la respuesta les hará saltar por los aires. Así están las cosas, amigos, pero si el tipo sobrevive políticamente a su previsible derrota, será una figura deslegitimada y acabada. Que así sea.