Política
La ciencia más inexacta y los expertos de Montero
Ningún Gobierno es capaz de garantizar que el coste de los impuestos no se vaya a trasladar vía precios a otros agentes económicos
Edmond de Goncourt (1822-1896) escribió parte de su obra junto con su hermano Jules (1830-1870) y fue el fundador del Instituto Goncourt, que otorga en Francia los premios literarios que llevan su nombre, entre cuyos ganadores figuran Marcel Proust, André Malraux o Simone de Beauvoir. Edmond de Goncourt, escritor naturalista, también creía que «la estadística es la primera de las ciencias inexactas», algo que corrobora cualquiera que repase las exégesis de los últimos datos de paro registrado publicados. Hay 2,914 millones de parados registrados –27.027 menos que el mes anterior–, la cifra más baja en un mes de octubre desde 2008, mientras que la afiliación a la Seguridad Social alcanza los 20,28 millones. Para el Gobierno es un éxito, mientras la oposición lo ve mucho más negro y los expertos no acaban de ponerse de acuerdo, aunque abundan más los que ven el vaso medio vacío y, eso sí, el líder de UGT, Pepe Álvarez, que ya le habría montado varias huelgas generales a otro Gobierno, dice que «no hay un problema de mano de obra en España». La clave son los «fijos discontinuos», 1,9 millones y que no cuentan como parados cuando no trabajan. Tampoco está clara esa cifra, porque lo que se registran son contratos, es decir, un trabajador puede tener varios empleos «fijos discontinuos». Todo muy en el aire, cuando hay constancia de la desaceleración y en Europa soplan vientos de recesión.
El Banco Central Europeo (BCE), que preside Christine Lagarde, mientras el Gobierno festejaba los datos de paro, criticaba el nuevo impuesto a la banca, alertaba de sus riesgos y de que es casi inevitable que el coste se traslade a los clientes. La opinión del BCE no es vinculante y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, enseguida respondió que el Gobierno no prevé cambios. La titular del Fisco, que insiste en que ese impuesto lo pagarán los bancos y no los clientes, quizá ha olvidado lo que explicaba Santiago Peña Lagos, catedrático y miembro del Grupo de Expertos –elegido por ella–que elaboró el informe para la reforma tributaria encargado por su ministerio, ahora olvidado en un cajón. «Por muy buena voluntad que se tenga –escribió Peña Lagos–, ningún Gobierno es capaz de garantizar que el coste de los impuestos no se vaya a trasladar vía precios a otros agentes económicos: en particular a los clientes de empresas energéticas o bancos». Sin comentarios, aunque el Gobierno presumirá de gravar a los bancos y de las estadísticas de empleo, por muy inexacta que sea esa disciplina, como defendía Goncourt.
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