«De Bellum luce»

No es Ayuso, son los resentidos y la izquierda

Ningún partido con una mínima cultura orgánica, y un mínimo sentido racional, se metería en una crisis interna de liderazgo después de haber ganado las elecciones, con un poder territorial casi absoluto y con una mayoría absoluta en el Senado

Isabel Díaz Ayuso no está moviéndole la silla a Alberto Núñez Feijóo ni tampoco lo hará si Pedro Sánchez consigue ser investido gracias al prófugo Carles Puigdemont. Las intoxicaciones no salen de Sol, donde guardan una escrupulosa lealtad con el político gallego, sino de los resentidos, pocos, que quedan del «casadismo», y de una izquierda, con la ayuda de sus satélites, que necesita debilitar la imagen de quien ganó las elecciones generales y ya ha anunciado que se presentará a la investidura aunque no tenga los votos necesarios.

Por más que intenten construir la caricatura de un Partido Popular dividido y enfrentado, la realidad es otra. El PP está en shock por no haber conseguido la derogación del «sanchismo», está desanimado y tiene que resolver el necesario proceso de reflexión sobre qué ha fallado en la campaña electoral para que, pese a tenerlo todo a favor, Sánchez disponga de la posibilidad de ser elegido de nuevo presidente pagando la factura necesaria, por grande que sea, y a pesar de su descrédito, de tener que entenderse en cada votación con hasta 19 partidos y con el Senado y el poder territorial en contra.

Pero por más que lo repitan, incluso también desde algún satélite de la derecha que intenta marcar la línea editorial al PP, Ayuso no está en derribar a Feijóo, sino en seguir construyendo la mayoría necesaria para que si hay repetición electoral pueda ser presidente del Gobierno. Ir más allá es pura invención de los que todavía sienten ganas de revancha por haber perdido el control del PP y de quienes quieren enterrar a Feijóo para abrir una crisis en la derecha que les facilite seguir en el poder.

Ningún partido con una mínima cultura orgánica, y un mínimo sentido racional, se metería en una crisis interna de liderazgo después de haber ganado las elecciones, con un poder territorial casi absoluto y con una mayoría absoluta en el Senado. Ni Feijóo puede irse ni Ayuso está en ninguna rebelión contra el mando establecido. Aunque ya lo quisieran los mismos que en un error de cálculo absoluto colocaron al PP ante el abismo por no saber gestionar los egos ni el liderazgo. La historia no se puede borrar y aunque algunos piensen que tendrán una segunda oportunidad, la realidad es tozuda. Cuando no esté Feijóo, el partido mirará hacia adelante, pero nunca hacia atrás.