A pesar del Gobierno

Habla, pueblo, habla

La Razón
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Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez explicaron en El País"El por qué de un referéndum": la población ha de opinar sobre las políticas para superar la crisis, que no figuraban en los programas electorales, según el artículo 92.1 de nuestra Constitución: "las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos". Esto es un error, y por añadidura, bastante inquietante.

Es un error porque no hay manera de resolver problemas complejos de política preguntándole a la gente lo que piensa, por tres razones. Una es que puede tener ideas contradictorias. La segunda es que, apoyándose entre otras cosas en la razón anterior, los políticos no hacen caso a los ciudadanos -por ejemplo, éstos llevan años y años declarando que no quieren pagar más impuestos, y no han hecho otra cosa que pagar más impuestos. Y la tercera es que nunca está claro qué preguntar y para qué -no creo que los señores Fernández Toxo y Méndez sugieran preguntar: "¿quiere usted financiar con su dinero a los sindicatos?". El lado inquietante de todo esto es que nadie, desde los constitucionalistas hasta hoy, se ha preguntado por qué motivo la democracia ha llegado a distorsionar su significado. Hace 35 años cantábamos: "Habla, pueblo, habla", la preciosa canción de Jarcha que terminaba: "No dejes que nadie/Decida por ti". Y el pueblo decide cada vez menos sobre cada vez menos cosas.