El Sexo Sentido

Sexo, ¿un miércoles?

La Razón
La RazónLa Razón

Se ha dado un paso más. Y a nadie parece escandalizarle: sexo explícito. Desde hace unas semanas, los fornidos gladiadores de la Roma Imperial han tomado la noche de los miércoles en "Spartacus: sangre y arena". La serie es realista y sigue la estela de cintas que recrean cómics como "300", "Sin City"o "Watchmen". Eso significa torsos desnudos, senos que asoman sin recato y vestidos en los que abundan las semitransparencias. Hasta ahí, todo asumible para el telespectador. O por lo menos, sin sorpresas.

Lo bueno, viene después. En las escenas de sexo, uno de los pilares de la serie, junto a las escenas de lucha (con un alto contenido de violencia, a veces gratuito, que sería objeto de otro blog o debate), se muestra todo. Sí, todo. No hay sábanas que se peguen a los pechos de las mujeres, ni planos medios en los hombres. Los gladiadores pasean su cuerpo por las celdas sin nada que esconder y deja poco a la imaginación.

Bueno, por supuesto siempre queda la oportunidad de cada una para viajar con la mente a aquella época. Al menos, a más de una fémina le servirá para esbozar una tímida, pero leve y, al mismo tiempo, sugerente sonrisa, que revela lo que le provocan esas escenas: gladiador que lo da todo a su dómina. También hay hueco para la atracción masculina, puesto que las esclavas y las sirvientas "carecen de vestimenta". Y todo esto, ¿para qué?

Lo primero: la justificación de sus creadores. "Se trata de recrear lo más fielmente la Roma Imperial de la época". Segundo: una forma de ganar la fidelidad del espectador y subir puntos de audiencia (Cuatro obtuvo un 14% en el share de su último capítulo). Tercero: quizás, una teoría que puede animar a verla, es la utilización de la misma para levantar la livido.

Tras un episodio calentito, entre intensas luchas a pecho decubierto que mantienen la tensión y la incetidumbre, además de las escenas de sexo completas, ¿por qué no disfrutar de una noche de miércoles con la pareja? Si bien los terapeutas abogan por el uso de las fantasías como elementos claves para animar una vida sexual, que mejor que asumir los roles de la serie para experimentar una inusual, pero placentera noche entre semana.

Sí, un miércoles. Porque salirse de la rutina, fortalece y sella los vínculos, más allá de la mera relación sexual. Porque quizás uno descubre que con la excusa de los esculturales gladiadores y las bellas dóminas, tras una noche de pasión, se combate mejor el estrés a media semana y al día siguiente uno ya piensa que es viernes (y que toca otra vez). Porque si se necesita una excusa o un empujoncito, ver la serie sirve para calentar motores antes de irse a la cama... O, ¿es qué siempre se necesita una excusa? Pues ésta es perfecta.