Gobierno de España

2017. Entre «Siria» y «Soria»

La Razón
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No parece que vaya a tener Mariano Rajoy una segunda legislatura tan propicia como las de sus tres inmediatos antecesores Rodríguez Zapatero, Aznar y González a la hora de centrarse en la agenda exterior e incrementar el gusto por una política internacional a la que, con el paso de la experiencia de gobierno estos le fueron cogiendo el aire. Los melones abiertos en nuestra política doméstica impiden que se den las condiciones. A Rajoy no le hará falta escuchar sugerencias como aquella «presidente, menos Siria y más Soria» que un asesor le hacía al todopoderoso Aznar paulatinamente despegado de la realidad nacional y convertido en un «Willy Fog» embajador plenipotenciario de Georges W. Bush.

Sin embargo el año que arranca no va a permitir al jefe del Gobierno, ya acabada la larga etapa «en funciones» permanecer exclusivamente discurriendo entre el triángulo Moncloa-Génova-Carrera de san Jerónimo. Rajoy deberá estar presente y tomando partido en las principales citas en las que se decidirá sobre los cuatro «jinetes del Apocalipsis» que acechan a Europa: la amenaza del terror yihadista, la crisis de los refugiados que aporrean con desesperacion las puertas del viejo continente, el aumento –en parte derivado de los dos anteriores– de los populismos y las consecuencias del Brexit.

2017 va a ser de puertas para adentro un año clave a la hora ponderar el auténtico recorrido de la nueva legislatura con un gobierno obligado a pactar hasta las contratas de los servicios de jardinería; también lo será para determinar el futuro de formaciones como el PSOE y Podemos sumidas en profundas crisis internas; medirá la auténtica fortaleza de la recuperación económica y la creación de empleo y sobre todo sera un año en el que el estado habrá de poner pie en pared ante el desafío independentista catalán. Son los deberes domésticos sobre la mesa de Rajoy a los que, esta vez sí habrá que sumar esos otros que solo a priori alguien podría pensar que no son tan cautivadores para un «señor de Pontevedra». No lo crean, Rajoy empieza a ser a ojos de sus homólogos europeos Merkel a la cabeza, una «rara avis» de estabilidad vistas las convulsiones políticas entre los principales miembros de la Unión Europea. Nuestro jefe de Gobierno sigue figurando en las selectas fotos de familia de las que unos ya han desaparecido y otros lo harán a lo largo de este año.

El 28 de enero será la primera gran cita en la cumbre euromediterránea de Lisboa con el problema de los refugiados como fondo. Después vendrán en Madrid la Hispano-francesa con Hollande al borde del «au revoir», otro encuentro con los líderes europeos en Malta, el argentino Macri en España allá por febrero y media docena de viajes oficiales de primer nivel. Y es que también la agenda exterior evaluará –como a González en Latinoamérica o a Aznar en la política atlántica– la auténtica talla de Rajoy en la vertiente «Siria» conocido su desenvolvimiento en «Soria». Otra cosa será –pierdan toda esperanza– acabar viéndole con acento tejano de Crawford.