Julián García Candau

A toda vela

A toda vela
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Es encomiable que en el Bernabéu el equipo visitante, y en compromiso importante como la Liga de Campeones, no renuncie al ataque. Es plausible que presente batalla sin encerrarse en su área. Es reprobable desde el punto de vista de los suyos que presente defensa tan laxa como la del Galatasaray. Al Madrid hay que respetarle, pero es vano intentar jugarle cara a cara. Se corre el peligro de que en el menor descuido te marque un gol y te remate en media hora.

No se resignaron los turcos al resultado deseable y buscaron la portería madridista. Drogba y Sneijder dispararon desde fuera y Eboue lo hizo desde el punto de penalti y surgió Diego López, que en examen a que lo ha sometido Mourinho aprobó la asignatura. El portero madridista, seguramente, jugó preocupado por las circunstancias de su titularidad y, sin embargo, no se le notó. Incomprensiblemente, el míster madridista ha lanzado un reto al club y a la afición. Si Ramón Mendoza le dijo a Beenhakker, cuando dejó en el banquillo a Butragueño, que se trataba del patrimonio del club, sospecho que Florentino Pérez no tendrá en menor consideración a su capitán.

Cristiano Ronaldo se lució en el primer tanto con parábola cercana al meta y gracias al pase perfecto de Özil, y Benzema aprovechó uno de los errores defensivos del Galatasaray para poner la eliminatoria de cara. El tercer gol, de Higuaín, definió la diferencia. Más peligrosos fueron los ataques madridistas, que, además, se defendió mejor ante las escaramuzas turcas. El tercer tanto sentenció la eliminatoria. «Asia a un lado, al otro Europa. Y allá enfrente, Estambul». Viento en popa.