Alfonso Ussía
Accidente
El presumible Responsable de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos –así reza su lucido tarjetón–, Pablo Mayoral, asistió a la reunión del Pacto Antiterrorista al que Podemos se negó a pertenecer. La presencia de Mayoral fue en calidad de «observador». ¿Observador de qué y para qué?
Cuando un partido se niega a formar parte de una comisión creada para informar, debatir y alcanzar acuerdos y conclusiones respecto al terrorismo islámico, ninguno de sus representantes tiene nada que observar. Ese individuo estuvo ahí como colado o como espía, y el que le permitió su asistencia es, como poco, un tonto. Una nueva clase de tonto ha surgido en los últimos años, cuyo hallazgo se lo ofrezco a Antonio Burgos, que lleva recopiladas un buen número de especies de tontos. «El Tonto Tolerante». «El Tonto Tolerante es aquel que por demostrar su tolerancia, tolera que el intolerante sin deseos de tolerar sea tolerado».
Es probable que la información reunida por Mayoral durante su asistencia como oyente a la reunión de la que no forma parte, haya sido la responsable de la interpretación de la subsección de Podemos en Vallecas, que es realmente original. Para los podemitas vallecanos no se produjo en Niza ningún atentado terrorista. Se trató de «un accidente de tráfico instrumentalizado para atemorizar a la sociedad». Es decir, un despiste de un pacífico conductor de camiones tunecino perteneciente al Estado Islámico, que se puso nervioso y entre muertos y heridos dejó en el asfalto de Niza a más de ciento treinta personas. Un atribulado conductor que para recuperar el dominio de su camión embistió con su máquina un tiovivo donde los niños se divertían, y en el que dejaron de divertirse porque en un segundo pasaron de la vida feliz a la muerte o al dolor. Ayer escribí de los psicópatas de la izquierda mugre, pero creo que me quedé corto y pequé de excesiva prudencia.
Esta nueva versión de la masacre humana culminada en Niza nos abre definitivamente los ojos, que ya estaban abiertos de por sí. Los míos, que no son grandes, al leer el mensaje de los energúmenos podemitas vallecanos han crecido desmesuradamente adquiriendo el tamaño de los ya cerrados, grandes y bellísimos con los que Elisabeth Taylor miró al mundo durante su agitado paso por la tierra. Esta gente no es psicópata y violenta. Esta gente es cómplice moral del entramado terrorista más brutal y poderoso que ha existido desde que la mayoría de la humanidad es mala o tonta. Es cierto que no todos los musulmanes aprueban y celebran el terrorismo en nombre de Alá, pero no es menos cierto que muy pocos entre ellos lo combaten o lo denuncian. Es cierto que no todos los refugiados musulmanes aplauden el terror de los peores hijos de Alá, pero no es menos cierto que muchos conocen a sus vecinos terroristas y permanecen silenciosos en beneficio propio, porque consideran que la sociedad occidental que los ha recibido merece ser descuartizada. Europa se desangra porque Europa ha confiado en quienes desean su muerte o su derrota. Y aquí estamos rodeados de Tontos Tolerantes, cuando no de cómplices activos que se dedican a celebrar el fin del Ramadán mientras atacan, amenazan y vejan las iglesias católicas, templos de paz y concordia.
Estos que dicen «Antes que cristiana España fue musulmana», son sencillamente unos anafalbetos. España era cristiana, fue en gran parte invadida por los árabes, y finalmente los cristianos devolvieron a los descendientes de los invasores a su lugar. Se les practicó un desahucio territorial con siete siglos de retraso, al tiempo que llevaron la cristiandad y la palabra a los inmensos espacios de América, fundamentalmente.
Y esa Iglesia que tuvo su malvada Edad Media, evolucionó desde la Palabra de Cristo y cimentó el desarrollo del humanismo cristiano. Creó lo que hoy llamamos Occidente. Y estamos en guerra. La Edad Media se ha metido en el siglo XXI y lo ataca sin piedad, mientras centenares de miles de occidentales beneficiarios de la evolución cristiana están, por maldad o ignorancia, del lado de la Edad Media. Lo de Niza ha sido un accidente de tráfico instrumentalizado, lo de Madrid un accidente ferroviario instrumentalizado y lo de Nueva York un accidente aéreo instrumentalizadísimo. Y se quedan tan tranquilos.
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