Luis Alejandre

Adana

La Razón
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Quinta ciudad de Turquía, con algo más de millón y medio de habitantes, con un importante puerto fluvial sobre el Seyhan, el río que recoge aguas de los bíblicos Montes Tauro con alturas superiores a los 4.000 metros. Homero en la Iliada ya describe la rica región. La ciudad atravesada hoy por canales está a 30 kilómetros de la costa y a 150 de la inestable frontera siria. A 8 kilómetros de ella se encuentra la importante Base Aérea de Incirlik que comparten norteamericanos y turcos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Su emplazamiento y situación fueron decididas en la 2º Conferencia Aliada de El Cairo en 1943. No se equivocaron aquellos estrategas. Muy cercano al modelo español, la base fue norteamericana en principio y conjunta desde 1953. Fue fundamental durante la Guerra del Líbano de 1958, en la Primera Guerra del Golfo de 1990 y en la invasión y guerras de Iraq. A día de hoy, analizada la situación en la Región, la instalación que alberga a unos 5.000 estadounidenses junto a otros contingentes sigue teniendo una importancia trascendental.

Allí «veranean» 153 españoles al mando del teniente coronel Cotorruelo, del regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 con base en San Roque(Cádiz). «Estamos alojados –dicen– en dos núcleos: en la Base Aérea de Incirlik tenemos la zona de vida y logística; en el acuartelamiento turco «General Recal Engin» situado junto al aeropuerto civil de Sakirpasa de Adana, se encuentra situada la unidad de fuego, el puesto de mando y la plana mayor del contingente. Operan una Batería MIM-104 PATRIOT, junto a otras norteamericanas y alemanas, protegiendo las fronteras de un aliado OTAN como es Turquía. Llegaron en enero de este año sustituyendo a un contingente holandés. En marzo, el ministro de Defensa Morenés pudo comprobar in situ su despliegue.

El contingente alemán despliega en Kahramanmaras prácticamente al pie de los Tauro y los americanos en Gaziantep, inmediatos a Incirlik. Junto a los españoles constituyen el sistema de refuerzo decidido por la OTAN.

Componen una Batería PATRIOT(1), 6 lanzaderas de misiles, una estación de control, que constituye el cerebro del sistema y una radar con 150 kilómetros de alcance. Pueden seguir hasta 100 objetivos y controlar hasta nueve misiles en vuelo. Su misión, en este caso particular, consiste sólo en interceptar misiles balísticos del tipo Scud B o Scud C. No incluye aviones, ya que la defensa aérea incumbe completamente a Turquía. Todo este sistema defensivo está coordinado por la OTAN desde su Cuartel General de Ramstein en Alemania.

Curiosamente la mayoría del personal de esta Batería procedente de la provincia de Cádiz, vive en un clima parecido al suyo y en general al nuestro. En esto llevan ventaja a otros compañeros de armas desplegados en Africa. Porque estos días no podemos presumir de temperaturas benignas en nuestra patria.

La relación entre contingentes –señalan– es muy buena. Llegan a utilizar la expresión «tratados de maravilla» cuando hablan del personal estadounidense de la Base. Utilizan unas acreditadas paellas como contrapartida, plato no precisamente gaditano, pero que goza de merecido prestigio entre americanos y turcos. Nunca han estado reñidas –diría el soldado Miguel de Cervantes– la lanza y la panza. También hablan bien de los antiaéreos alemanes, con quienes comparten experiencias técnicas y lecciones aprendidas, –nuestra Batería PATRIOT fue adquirida precisamente al Ejército alemán–, de la gendarmería turca que custodia sus instalaciones, de la población civil. ¡Se nota claramente que es un destacamento bien integrado!

Si les pregunto cómo lo llevan sus familias, me contesta el capitán Teruel Oficial de Información del contingente: «Como siempre, de la mejor forma posible; realizando un mayor esfuerzo en sus hogares y apoyándonos moralmente desde España»; «la verdad es que hoy gracias a las tecnologías se hace más llevadero el transcurso de la misión; disponemos de wifi en la zona de dormitorios y en muchas zonas comunes de la Base».

Son lógicamente más prudentes cuando pregunto sobre la situación en la zona. No es el momento de valorar la situación en una vecina Siria, en las zonas ocupadas por el DAESH, de los desplazados, o de la situación de los kurdos a caballo de tres países. Cumplen nuestros artilleros su misión como siempre, y punto. Pero su prudencia y su inteligente silencio no impiden que sean conscientes del grave momento que se vive en la región, sobre cuyo tablero juegan luchas fratricidas religiosas, califatos de facto, vulneración de fronteras, dolor de miles de desplazados, la más vil crueldad vendida en las redes sociales creando un nuevo tipo de terrorismo psicológico, odios renacidos entre etnias, control del petróleo y de las aguas.

Pero bien saben, como otros contingentes nacionales desplegados por medio mundo, que reforzando la seguridad de otros trabajan por nuestra propia seguridad. ¡Sé que le cuesta comprender esto a parte de nuestra sociedad! ¡Pero muchos, entre los que me encuentro, valoran su capacidad técnica y su esfuerzo! ¡Gracias!

(1) En el complejo argot OTAN, acrónimo de «Phased Array Trackinng Intercept of Target».