Eurocopa 2016
Ahora sí se puede
La izquierda está tan motivada como movilizada. Es el lema de “ahora sí se puede” que sirve para cohesionar un proyecto que lleva en proceso de construcción desde que nació. Las encuestas muestran que Podemos se sitúa en un 25 por ciento y podría alcanzar los 6 millones de votos. Es un dato que certifica el retroceso socialista y la capacidad de Podemos para canalizar el electorado de izquierdas en beneficio de Pablo Iglesias y su movimiento. Es un proyecto basado en la ilusión y la utopía, aunque hay utopías que han dado lugar a enormes monstruosidades a lo largo de la historia. Me gustaría que no suceda algo similar y que España cuente con una izquierda mayoritaria que sea socialdemócrata y no comunista. El comunismo, como el fascismo, el nazismo o el autoritarismo militar, es uno de los mayores horrores de la historia. Nunca entenderé que alguien se pueda declarar comunista, porque no estamos ante un debate intelectual o una ideología que no se sepa sobre sus consecuencias. No hay ninguna experiencia comunista que no haya provocado una catástrofe humanitaria y la implantación de una dictadura brutal. La izquierda radical se nutre de un relato falso de la realidad que sirve para movilizar a un electorado que está enfadado por las consecuencias de la crisis. Por ello se plantea la realidad de España como si estuviéramos ante una catástrofe humanitaria. Es algo que hace también el PSOE, porque se manipulan los datos sobre pobreza y el retroceso que ha sufrido la clase media. España ha sido y sigue siendo un gran país, uno de los más avanzados y solidarios del mundo, pero hemos sufrido una crisis devastadora y el sistema ha estado a la altura impidiendo que gracias a las administraciones públicas y la solidaridad no se produjera un estallido social. No ha sucedido porque existe, además, una enorme economía sumergida, como en el resto de países del sur de Europa, que ha permitido que la solidaridad pública y privada se viera compensada con esos ingresos. El PSOE está en retroceso porque Pedro Sánchez no es capaz de tener un relato que ilusione a los votantes. En primer lugar, legitimó a Podemos cediéndole el gobierno de las grandes capitales y aceptando asumir el poder en algunas autonomías con sus votos. Esa obsesión por alcanzar el poder y desalojar al PP a cualquier precio le está pasando factura. Otro aspecto es que el PSOE estaba en el gobierno cuando estalló la crisis y no supo gestionarla, mientas que el antecedente de Podemos, el 15-M, tomó las calles y lideró las mareas. Finalmente, ofrece la imagen de formar parte del sistema y esto le hace poco creíble entre un sector mayoritario de la izquierda. Por ello, Pablo Iglesias arrastra, nada más y nada menos, que al 25 por ciento de los votantes.
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