Toni Bolaño

Aquelarre

El diputado de CDC en el Congreso Carles Campuzano decía en su blog que la independencia no está reñida con la impaciencia. Coincidía con Duran Lleida, que pedía hace días tranquilidad y sosiego. Su posición le costó alguna palabra malsonante desde sus propios socios y desde el mundo independentista que utiliza las redes sociales para demostrar lo que es la democracia del improperio, la injuria y el insulto. Hace una semana, Mas trataba de ponerse al paso y abandonar el galope en el camino hacia la independencia. Parecía que trataba de ganar la iniciativa, de recuperar el protagonismo perdido y que se desligaba del asedio de ERC. Sólo parecía. CiU sigue prisionera de la estrategia de los republicanos. Homs ha anunciado que el día 26 se visualizará el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Dicen que 25 entidades lo apoyarán. Sin embargo, no estarán los populares. Ni Ciutadans. Ni el PSC. Ni tampoco está claro, que ICV se sume a este aquelarre. Los socialistas han sido contundentes. No asistirán a la firma. Al menos, el sector oficial del partido. El grupo Avancem no ha abierto, de momento, la boca. Si apoyan el Pacto, la ruptura en el PSC será una realidad. Los socialistas catalanes consideran que la propuesta es una encerrona. No se sabe quién forma parte del Pacto, ni el calendario, ni las actuaciones, y no existe la neutralidad. El derecho a decidir se despoja del pasamontañas para mostrarse como es, derecho a la independencia. De hecho, el Ejecutivo de Mas no ha eliminado ni ese engendro de Consejo Nacional para la Transición ni ha detenido su afán por construir lo que llaman estructuras de Estado. Homs no ha logrado convencer al PSC. Tampoco ha tenido éxito con ICV, que no se decidirá hasta el viernes. El pacto por el derecho a decidir será el nuevo escenario del aquelarre nacionalista. Se quedará a un paso del siguiente escalón: la declaración unilateral de independencia. Mas sigue en su huida hacía adelante. Lo suyo de la semana pasada como en el desierto, un espejismo.