Libros

Ely del Valle

Argumentos de peso

La Razón
La RazónLa Razón

La diputada de la CUP Anna Gabriel, muy seria y circunspecta ella, ha acusado al consejero de Interior de Cataluña de ser el culpable de propiciar que unos cuantos colegas hayan tenido que ir a declarar a la Audiencia Nacional por quemar unas cuantas fotocopias de unas fotos del Rey y, en consecuencia, de que su grupo no pueda estar a lo que tiene que estar, que no es otra cosa que «trabajar por la liberación nacional social y de género». Como lo leen. No sabemos si esto lo traía preparado de casa o ha sido fruto de la improvisación. Sea como fuere, es inevitable preguntarse de dónde sacan los cupistas estos argumentos tan bien hilados, tan contundentes y a la vez tan absurdos y vacíos de cualquier significado, porque ya nos contará la diputada Gabriel en qué consiste exactamente esto de la liberación social y de género, y, sobre todo qué considera ella que es trabajar, porque aparte de amenazar a Puigdemont día sí y día también con dejar de sostenerle la peana, exigir la independencia a voz en grito y gastarse un ojo de la cara en gas para el mechero, no se le conocen muchas más iniciativas parlamentarias. Es verdad que en estos menesteres se vuelcan incluso cuando el calendario marca festivos de los que reniegan, como el del 6 de diciembre, e incluso algún domingo que otro, siempre y cuando haya una foto o una bandera española a mano a la que prenderle fuego, unos cuantos fotógrafos preparados para inmortalizar la hazaña y un público entregado a quien brindarle la faena, pero lo que no termina de quedar claro, se ponga como se ponga doña Anna, es de qué manera esta ajetreada vida laboral contribuye al bienestar de los catalanes o a conseguir la liberación de otro género que no sea el tonto.