Julián García Candau

Aspirantes al «9»

Con la posible y hasta probable selección de Diego Costa, corremos el peligro de que nos invada una ola de chovinismo. Sería más peligroso todavía que ello pasara a ser xenofobia. El jugador tiene todas las bendiciones futbolísticas, pero da la impresión de que suave, pero insistentemente, se le recuerda más que su origen, su natural tendencia a la pendencia. Mas si ello no fuera suficiente, se comienza a hablar de la cantidad de jugadores españoles de área, todos suficientemente acreditados, que harían innecesaria la participación del brasileño.

Donato llegó por necesidades. Marcos Senna fue el relevo natural del entonces ninguneado Albelda, para reforzar lo que Luis Aragonés llamaba los pasillos de seguridad y a fe que cumplió sobresalientemente. Senna, que es la referencia más próxima, no tuvo gran competencia. Se afianzó en el equipo por encima de cualquier aspirante nacional. En el caso de Diego Costa se arguyen los nombres de Villa, Torres, Soldado y Negredo, todos ellos válidos en cualquier tiempo inmediato y con perspectivas de futuro todavía. Del Bosque, por si faltaba alguien para la colección, ha recurrido al también emigrado Michu, que en la liga inglesa ha sido y sigue siendo gente. Del jugador del Atlético, con respecto al resto de colegas, se pude argüir que es distinto a los demás. Sus características son diferentes y la incógnita está en saber si es válido para todos los partidos o su juego se amolda más a determinados encuentros. Tal incertidumbre también recae en los españoles citados, aunque igualmente hay diferencias entre ellos.

Posdata. Hay polémica por el delantero centro y tal vez acabe jugando Cesc.