Pactos electorales

¡¡¡Átame, Pablo!!!

La Razón
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Voy a tener que confesar, bajo riesgo de quedar «fuera de onda», que ni acabo de cogerle el hilo ni me acabo de identificar con esa «relación freudiana» de los periodistas con Podemos a la que suele aludir el líder de esta formación Pablo Iglesias cuando el foro y la parroquia son los adecuados –caso de su reciente intervención preelectoral en la Complutense– y cuando se trata de arremeter contra el que se tiene más a mano, el mensajero.

Cuando vuelva a coincidir con Iglesias, sin pretender rebatir su teoría a propósito del éxito de su partido, «Podemos funciona porque es sexy», ni entrar en el «sensual elemento de amor» al que alude entre su formación y la prensa, no me quedará más remedio que confesarle que no experimento cosquilleos ni me late más deprisa el corazón, no alcanzo a percibirme el fondo freudiano. Qué se le va a hacer, no soy de los que miran el WC antes de tirar de la cadena. Un vulgar.

Cuando el jefe de filas de Podemos arremete contra los dirigentes o propietarios de medios de comunicación y sus líneas editoriales que «subyugan» a estos pobres redactores obligándoles a destapar supuestas vergüenzas de la formación morada a pesar de lo sexy que es, no se aleja demasiado de las maneras del más genuino chavismo con su ejemplo más reciente en las andanadas de Maduro contra Antena 3 Televisión, esa «televisora de los bandidos» a la que se refería en su habitual histrionismo el presidente venezolano tras conocer que la cadena preparaba algo tan «inaceptable» como un reportaje sobre la situación en su país.

Los métodos de la nueva política acaban evidenciando unos vicios, acentuados por el nerviosismo de la casi inevitable repetición electoral, que muestran como más actual y oportuno que nunca el maltratado legado cervantino. «Lucen atavíos de Nápoles y acento francés, pero ejercen misma costumbre y maña vieja» apuntaba Diego Cortado, uno de los protagonistas de «Rinconete y Cortadillo». Las culpas al mensajero no son exclusivas de Podemos, pero sí es cierto que esta formación manifiesta menos rubor y complejos al tirar de este y de otros recursos que en nada se corresponden con maneras más limpias y novedosas, como invitar a una «ciudadana de a pie» a la Asamblea de Madrid para grabar con micrófono oculto a una diputada del PP que se dignó a atenderla en un pasillo a instancias de una parlamentaria de Podemos.

El escaso bagaje demostrado por los «emergentes» de cara a los posibles comicios de junio no exculpa los muchos errores del bipartidismo, pero evidencia que, lejos de actitudes ejemplarizantes, los nuevos también albergan «costumbres y mañas viejas». Algunos «errores» contables en Ciudadanos ya muestran las primeras consecuencias de fichar casi a lazo todo tipo de cuadros que en no pocos casos tenían un pasado. Es el bagaje con el que al margen de meses de diálogo de sordos acuden desde hoy lunes los referentes de nuestra actual política ante la nueva llamada del Rey a consultas. Unos, eso sí, más «sexys» que otros.