César Lumbreras

¡Ay los cereales!

Los agricultores que todavía tienen su cosecha por vender, especialmente de maíz, no hacen más que preguntarse por la evolución de los precios de los cereales. Algunos de ellos no acaban de entender que, a la vista de la mala cosecha que ha habido este año en España de trigo, cebada, centeno o avena, los precios estén tan bajos, con la excepción del trigo duro. La respuesta es muy sencilla: el factor de la producción interna es cada vez menos importante porque la clave está en lo que suceda en el mercado internacional. Por eso hay que estar muy pendientes de lo que sucede en plazas como Chicago, París y Londres, y también de las estimaciones de cosecha en todo el mundo que se publican periódicamente. Las últimas se conocieron el viernes por la noche y son las correspondientes al informe mensual que hace el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que ha revisado al alza sus previsiones de cosecha. Así, la producción de trigo se situará en 721 millones de toneladas, un volumen récord por segundo año consecutivo. En el caso de los cereales secundarios, principalmente el maíz y la cebada, se esperan recoger 1.272 millones de toneladas, una cantidad casi igual a la registrada durante la campaña anterior, que fue máximo histórico. El consumo también aumentará, pero se situará por debajo de la producción prevista, por lo que subirán las cantidades disponibles para el enlace de campaña. Nos encontramos, por lo tanto, ante dos campañas consecutivas en las que se han alcanzado, o casi, niveles máximos de cosecha y eso tiene que notarse en las cotizaciones, sí o sí. Ésa es la principal explicación a lo que sucede con los precios en el mercado interior.