Carlos Rodríguez Braun
Azafatas guapas y una pregunta
Leí en «El País» que Ganemos Jerez quiere erradicar a las guapas azafatas del Circuito de la ciudad. La agrupación cercana a Podemos exige que se «prescinda en todas las pruebas que se organizan en el Circuito de Jerez, de las prácticas donde se utiliza el cuerpo de la mujer como reclamo para captar la atención del público y como un adorno». Se trata de evitar «estereotipos machistas que potencian la cosificación de la mujer».
Los progresistas no ahorran adjetivos para fortalecer su causa: «Se erradicaría una costumbre injusta y denigrante que trata a la mujer como un simple objeto con evidentes connotaciones sexuales... Desde hace muchos años, el papel de la mujer en las competiciones deportivas en el mundo del motor, y en nuestro circuito en particular, se ha restringido a un papel ornamental, hipersexualizado y en algunas ocasiones, vejatorio». Naturalmente, no están solos, porque los apoyan siete «colectivos» feministas: Marea Violeta de Jerez, Marea Violeta de Sanlúcar de Barrameda, Marea Joven y Colectivo Feminista de Jerez, Café Feminista de San Fernando y Equiláteras Asociación de Cádiz. Según explican desde la formación local, todos estos «colectivos» están a favor de «eliminar la cosificación de la mujer en el circuito».
La concejala de Ganemos Jerez, doña Maribel Ripalda, declaró: «La sociedad está avanzando en materia de igualdad como consecuencia del empuje de los movimientos feministas, que reclaman poner fin a los patrones de desigualdad y opresión del género que se difunden habitualmente en las grandes citas deportivas, en los eventos publicitarios y los medios de comunicación».
Y ahora tengamos un recuerdo y una pregunta. El recuerdo es hacia todas las mujeres maltratadas en los países donde la extrema izquierda consiguió hacerse con la suma del poder político. Un siglo cumple el comunismo este año, atesorando (es un decir) una larga experiencia de dictaduras políticas y miseria económica, con millones de trabajadores muertos, tanto en campos de concentración como directamente por el hambre masiva que generaron sus políticas anticapitalistas. No abundaré hoy en el tema, pero sí deseo señalar que en el olvido generalizado que la propaganda izquierdista ha logrado entre políticos, intelectuales y medios de comunicación, hay una sección muy importante que es aún menos destacada que las demás dimensiones de la catástrofe comunista: el papel de la mujer. El comunismo se presentó siempre como el gran liberador de la mujer, a la que veía subordinada y cosificada por el mercado, el patriarcado, el machismo, y la desigualdad. En la práctica sometió y degradó a las mujeres, empeorando su situación en todos los países. No olvidemos que, también en el caso de la mujer, la izquierda tiene buenas palabras y malos hechos.
La pregunta es inocente, y me llama la atención que, al parecer, nadie se la haya planteado. La pregunta es: ¿qué piensan las azafatas de todo esto?
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