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Bildu, Podemos, ETA, demasiadas coincidencias

La Razón
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La celebración del Aberri Eguna, el día de la patria vasca, ha puesto de manifiesto la proximidad entre las posturas defendidas por Bildu y Podemos en relación a las demandas y estrategias políticas de unos y otros para el País Vasco. Y supone también la incorporación por primera vez de un partido de ámbito nacional –que dice no ser independentista– a esta celebración.

De lo manifestado por unos y por otros se deduce una clarísima coincidencia que va más allá de un mero calculo electoral de cara a las elecciones autonómicas del próximo otoño, en las que ambos partidos aspiran a desplazar del gobierno al Partido Nacionalista Vasco, que hace planteamientos similares en cuanto al reconocimiento de la independencia del País Vasco de España, si bien, alejado de las posiciones de ultra izquierda que hacen los otros dos.

Las encuestas no descartan que una alianza entre ambos pueda tener una mayoría suficiente para gobernar en Euskadi, lo que hace mucho más preocupante la posición de Podemos, por cuanto su papel sería determinante para poner en marcha un proceso de independencia. Proceso que unos y otros han basado en el reconocimiento del derecho a decidir por sí mismos el futuro del País Vasco a través de la famosa consulta, que también se defiende para Cataluña.

Este reconocimiento expreso del mecanismo de la consulta en el País Vasco por parte de Bildu es la confirmación de lo que ya sabemos, y es que esa consulta no es otra cosa que una manera de enmascarar el apoyo de Pablo Iglesias y su partido a las pretensiones independentistas, por mucho que se quiera disfrazar de solución más democrática al dejar a los ciudadanos de ese territorio decidir por sí mismos, como si los demás ciudadanos del resto de España no tuvieran el mismo derecho a opinar en un asunto de esta naturaleza como es la unidad de España.

La gravedad de esta situación se hace aún más evidente al conocer la declaración publicada por ETA en el «Diario Gara» con motivo de esta celebración, en la que las coincidencias con Podemos vuelven a ponerse de manifiesto. En ella se dice que cinco años después de apostar por vías exclusivamente políticas no están donde querían, y que la estrategia para lograrlo pasa por colocar el derecho a decidir en el centro del debate y sobre el que va a girar su estrategia presente y futura. Y añade que hay que acabar con la Constitución de 1978, pues la reforma política que se hizo fue una reforma trampa, que impedía al pueblo vasco conseguir sus objetivos de independencia. Es decir, las dos patas esenciales de la estrategia y la reivindicación de ETA coinciden plenamente con las posiciones mantenidas por Podemos. En primer lugar respecto a la superación de la Constitución de 1978, entre otras cosas, por no resolver el problema territorial de nuestro país. Y en segundo lugar, por la necesidad de reconocerles expresamente el derecho a decidir si quieren o no estar en España.

Y añade dos consideraciones más que resultan también muy significativas. La primera es extender su discurso a todos los vascos, considerando como tales todos los que viven y trabajan allí, modulando así su posición identitaria y excluyente en este punto, lo que indica que quieren ampliar y/o compartir la base social con la que pugna con Podemos. Y la segunda, condenar las matanzas de ciudadanos en Bélgica por no responder a ningún otro objetivo –posición esta última miserable para quienes han estado matando masivamente a inocentes durante años con la mera excusa de la lucha por «su libertad» frente al estado opresor– recordando aquí la no condena expresa de los atentados yihadistas por parte de Podemos y su no incorporación posterior al pacto contra el mismo que han formalizado el resto de grupos políticos.

Esta más que una simple coincidencia vuelve a poner de manifiesto el riesgo grave que tiene para España el que Podemos pueda acceder al gobierno, bien del País Vasco, bien de España, o condicionar ambos, y la desconfianza que hay que tener respecto del discurso más matizado que pretende ahora presentarnos Pablo Iglesias de cara a las negociaciones en marcha para la más que posible formación de un Gobierno de izquierdas en nuestro país, con el PSOE a la cabeza.

Su posición ha quedado muy clara con su participación en la celebración del Aberri Eguna y con las declaraciones sobre su posición en relación a las aspiraciones independentistas, coincidentes con las pretensiones de Bildu y de ETA, que no son otras que lograr la independencia de Euskadi. Y a ello abunda lo manifestado por ETA en su declaración en «Gara» al señalar que en España no se dan mayorías suficientes para poner en marcha el proceso independentista, pero si lo hay en Cataluña y en el País Vasco, y a eso aspiran, a impulsarlo desde allí después de las próximas elecciones vascas, para las que ya están trabajando. Tengámoslo en cuenta y esperemos que también lo tengan claro los ciudadanos de País Vasco.