Fernando Rayón

Boda en Gerona

La Razón
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Como tengo boda este fin de semana en Gerona, llamé ayer a otro de los invitados para concretar la recogida y demás líos. Inevitablemente me sacó el tema de las votaciones del domingo. «¿Y a quién vas a votar?», le pregunté. «A Junts pel Sí», me soltó. «¡Pero si no eres independentista! le respondí». «Ya, pero me siento machacado como catalán... Estoy muy descontento, y me han hecho independentista. Y mi voto va a ser de protesta contra Rajoy».

Pensé en argumentar que no había ningún partido que representara el voto de protesta contra Rajoy. O que él –lo hemos hablado en muchas ocasiones– no ha sido nunca partidario de la independencia. Pero el móvil empezó a fallar y decidí dejar la conversación para el sábado, cuando nos veamos más despacio. «Eso sí –me dijo a voces entre interferencias– ¡ni se te ocurra hablar de política en la boda, que salimos todos volando!». Pues bien, no sé que me sorprendió más: si el que una persona se sintiera maltratada por Madrid –puedo asegurarles que nunca lo ha sido, ni por trabajo ni por familia ni por amistades– o que haya decidido argumentar de una manera tan simple su voto. Pero mucho me temo que es lo que nos vamos a encontrar el domingo. Y no debe sorprendernos porque será la única manera de comenzar una nueva etapa. Una etapa en la que algo habrá que hacer para convencer y ganarse a tanta gente de buena voluntad que ha sido arrastrada por la propaganda de los medios, y 35 años de educación disparatada. Sí, algo tendremos que hacer, porque está claro que Cataluña no se va a independizar. Sería un desastre para ellos y creo que, en menor medida, para todos los españoles. Pero el proceso que comenzará el lunes será largo y dejará heridas, porque habrá gente que se sentirá decepcionada en un primer momento. Esperemos que algunos de los que han fraguado este disparate ya no estén en ese futuro, sobre todo porque será más fácil que las cosas se puedan arreglar. Yo, mientras, prometo que me lo pasaré pipa en la boda y que hablaré de política lo justo. Lo justo para no salir volando.