Papel
Bou les saca sus vergüenzas
El presidente de Empresarios de Cataluña puso el jueves el dedo en la llaga de un gran número de personalidades, organizaciones y compañías importantes de aquella autonomía al alertar del éxodo de más de mil empresas, que se han deslocalizado como se dice ahora, desde el inicio del proceso soberanista. No sólo ha denunciado un hecho sino que ha dejado en pelota picada o, si se prefiere, con las vergüenzas al aire a todos aquellos que han mirado hacia otro lado o se han escudado en subterfugios como defender el derecho a decidir para votar, eso sí, la permanencia en España.
Subterfugio porque todos ellos saben, al menos quienes eran referidos por Josep Bou, que un Gobierno constitucional jamás podrá permitir un referéndum ilegal. «Sólo de la legalidad puede salir el supremo bien», Platón dixit. Confiados en ello, salvan la cara ante los secesionistas, especialmente ante Artur Mas y sus cuates, sin posicionarse contrarios, y abandonan a su suerte a empresarios como José Manuel Lara (q.e.p.d), José Luis Bonet y el propio Bou, a quien la patronal Fomento del Trabajo se ha cuidado muy mucho de no seguirle.
Bou ha denunciado la pasividad de todos ellos: «Han jugado con fuego, no pensaban que esto iría tan lejos». Aún están a tiempo de rectificar. Si es verdad que rebobinarían si pudieran, queda tiempo suficiente para ello. El problema aparece si esas grandes empresas silentes están convencidas de que con el mercado catalán les es suficiente y tienen la rentabilidad asegurada. Son aquellos que se rigen por axiomas como que el dinero todo lo puede y están dispuestos a hacer cualquier cosa por dinero. Así es la vida.
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