Iñaki Zaragüeta
Cambio lógico y conveniente
El PSOE de Pedro Sánchez y su rama valenciana de Ximo Puig perciben ahora los graves riesgos de apoyarse en Compromís para hacerse con la presidencia de la Generalitat y llegar a ella con la debilidad de sus 23 diputados autonómicos de un total de 99, sus peores resultados de la reciente democracia. La circunstancia se agrava porque, de hacerlo, lo culminará apoyado en una coalición nacionalista, comunista y catalanista, lo que le arrancará jirones sociales a raudales hasta ponerle en trance de la desaparición.
A mi amigo Rogelio no le sorprenda que, en las bambalinas, Sánchez y Puig, tal como publica Toni Bolaño, hayan iniciado conversaciones, con tintes de negociación, con Ciudadanos, cuya candidata a la presidencia de la Generalitat, Carolina Punset, hija de los Punset de toda la vida, se encuentra en plena cruzada de satanización contra Compromís, hasta el punto de ponerle una línea roja para cualquier colaboración «por nacionalista y pancatalanista». Los socialistas saben de sobra que esta coalición valenciana los tiene en su punto de mira.
Ahora bien, por más que les convenga la compañía de Ciudadanos, cualquier operación pasa por la abstención del PP valenciano, cuyos dirigentes no están por la labor a no ser que, en correspondencia, obtuvieran un preciado botín. Formulan, de entrada, varios inconvenientes de difícil solución. ¿Cómo explicará Ciudadanos apoyar en Valencia al segundo partido en votos –PSPV 23 escaños y PP 29– y tener como filosofía la lista más votada? Con la hipótesis de abstenerse en la investidura, ¿se antoja imposible no hacer oposición durante el resto de legislatura?
Hoy por hoy, los populares valencianos no perciben esta vía como posible. Y Madrid no es lo que era respecto a ellos. Así es la vida.
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