Julián Cabrera
Campaña de bandera
Ha tenido que darse el resultado del pasado domingo 27 en los comicios catalanes, con ciudadanos casi igualando en escaños a la suma de PP y PSC para que las dos grandes formaciones políticas a nivel nacional caigan en la cuenta de que la defensa de la unidad de España es suficiente argumento como para movilizar el voto, sacar de la nada a una formación que ahora ya es algo más que emergente y certificar –ahora sí– que no todo pasa por la recuperación económica.
Resulta que una legislatura como la que está a punto de finalizar, marcada desde el minuto uno por la grave amenaza del rescate desde la Unión Europea a las cuentas del Estado y pilotada con innegable éxito desde el Gobierno para sacarnos de lo más profundo de la crisis además con notable alto, va a terminar con una precampaña y una campaña electoral donde probablemente y para desgracia del Gobierno, de lo que menos se va a hablar es de la economía.
Ya sabemos que los funcionarios van a recuperar sus pagas retenidas, que los presupuestos que se aprobarán antes de las próximas elecciones abrirán considerablemente la mano a propósito de los recortes y que la presión fiscal con especial referencia en el IRPF bajará de forma patente, pero eso el sufrido ciudadano de a pie que al final ostenta la prerrogativa de dictar sentencia con el sagrado voto lo da por amortizado, esa es la cruda realidad. Ahora lo que toca –y han tenido que llegar las elecciones catalanas para certificarlo– es la defensa de la unidad territorial de la nación o lo que es lo mismo de la bandera española.
Y llegada la hora de «hacer política», toca demostrar quién la tiene más grande en lo que a la bandera se refiere. La noche electoral catalana mostró alguna escenificación muy a tener en cuenta. En la sede de Ciudadanos unos eufóricos Rivera y Arrimadas coreaban con sus seguidores «Cataluña es España» casi simultáneamente a la comparecencia en la sede federal de Ferraz de Pedro Sánchez con traje y corbata de «presidente» y muy claramente escoltado por las banderas de España y de Europa.
La amenaza secesionista sí ha tomado ya un cariz de auténtica preocupación hasta situarse en el vértice del debate político y convertirse en referencia obligada de la carrera hacia las elecciones generales. Por eso las escenificaciones vividas a partir de la noche del «27-S» van a continuar al albur de cualquier hecho que lo justifique. Sin ir más lejos, este próximo lunes 12 de Octubre viviremos una festividad en la que la bandera nacional será más que nunca la «prima donna» de la jornada y de sus prolegómenos.
Especialmente indicativa resultaba la encuesta efectuada por los servicios informativos de Onda Cero en la que preguntaba a sus oyentes sobre qué partido político garantizaría mejor desde el Gobierno la unidad territorial del estado. El resultado es significativo: un 41% apuntaban al PP, muy cerca un 38% señalaban a Ciudadanos y un 21% al PSOE. Los aparatos de campaña van a echar chispas.
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