Sevilla F.C.
«Cataklopp»
Claras, cristalinas, las ideas del Liverpool desde que Eriksson ordenó el comienzo. Pero esto no es como empieza. A los 18 segundos, falta a Banega; minuto y medio después, otra. Desconectado el cerebro del Sevilla, no fluye el fútbol. A Gameiro no le llega la pelota, Coke corre un maratón y Vitolo se desespera. El Liverpool, a lo suyo: marcajes pegajosos, entradas al límite, fútbol pedestre y vertical, muy vertical. Y surge Sturridge, aislado brote de genialidad, zurdazo con el exterior más colocado que potente y dibuja el 1-0. Klopp tiene un plan, lo ejecuta y obtiene el beneficio deseado. La ventaja no altera su esquema; los «Reds» son mucho más peligrosos que los sevillistas, coartados e imprecisos. Los pelotazos ingleses, sin embargo, son más efectivos y no hay forma de traspasar su barrera defensiva. El Sevilla da facilidades y le perdonan, posiblemente, un penalti por mano de Carriço antes del gol. Menos mal que llega el descanso.
Emery necesita que Banega juegue al fútbol para que el equipo crezca. Tras la reanudación avanza líneas, coge al Liverpool a contrapié con la incursión de Mariano que propicia el empate de Gameiro. Primer tiro entre los tres palos: gol. «Y Sevilla, Sevilla, Sevilla,/aquí estamos contigo, Sevilla,/ compartiendo la gloria en tu escudo,/orgullo del fútbol de nuestra ciudad». Ese paso adelante desactiva el plan inglés. Segundo disparo, gol de Coke, que repite seis minutos después: ¡1-3! «Y es por eso que hoy vengo a verte,/ sevillista seré hasta la muerte,/ la Giralda presume orgullosa/ de ver al Sevilla en el Sánchez Pizjuán», pentacampeón y rendido el St. Jakob tras una remontada histórica. Unai Emery repite oro y Jürgen «CataKlopp», esa plata que le persigue.
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