Política

Pilar Ferrer

Ciudadanos: «Somos la puerta para gobernar»

La Razón
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Pactaremos ideas, no sillones. Es lo primero que responde Albert Rivera cuando se le pregunta por los futuros pactos tras las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo. Insiste el líder de Ciudadanos en presentarse como «el gran partido transversal». Es decir, una formación de momento ambigua ideológicamente, aunque se defina de centro-izquierda, con el claro objetivo de no quedar condicionado a cualquier alianza. De hecho, Rivera no ataca frontalmente ni al PP ni al PSOE y ciñe su discurso a tres líneas básicas: el paro, la corrupción y la unidad de España. Tras su fulgurante ascenso en Andalucía, este joven que militó durante cuatro años en el PP catalán prepara el gran salto político a toda España y quiere consolidar posiciones como decisiva llave de gobierno.

¿Dónde radica el éxito de Albert Rivera y un partido que hace poco ni existía?, se preguntan muchos. «Si Podemos recoge el voto cabreado, Ciudadanos el aseado», dice un conocido experto en sociología política para explicar el trasvase de votos desde el PP, el PSOE y de nuevos electores. Un perfil no radical, bastante desideologizado y desencantado con los dos grandes partidos. No tiene pasado y aparece limpio frente a los escándalos de corrupción que han salpicado a populares y socialistas. Viste bien, no ofende con insultos y habla sin expresiones enérgicas. Su talón de Aquiles es la nula experiencia de gestión y un discurso economicista aún lleno de incertidumbres. «Una cosa es predicar y otra gobernar», afirman dirigentes del PP en Génova trece.

Pero lo cierto es que el fenómeno Ciudadanos está ahí y Rivera ya cocina su estrategia para entrar en varios parlamentos regionales y lograr un buen puñado de concejales. «Abrimos el melón hacia toda España», dice Fran Hervías, secretario de organización y uno de los hombres fuertes de Rivera. En su núcleo duro están también José Manuel Villegas, jefe de gabinete, Matías Alonso, secretario general, Antonio Espinosa, de acción política, y Fernando de Páramo, responsable de comunicación. Uno de los pilares básicos en el lanzamiento de Rivera, que empezó con una foto al desnudo ideada por la catalana Verónica Fumanal, actual responsable de la imagen del secretario general, Pedro Sánchez. Precisamente la comunicación es uno de los puntos clave de su estrategia, admiten los colaboradores del líder de Ciudadanos.

Hasta ahora, el partido es claramente personalista y es difícil imaginar otro rostro en Ciudadanos que no sea el de Albert Rivera. «Poco a poco vamos a cambiar, con buenos candidatos que se están haciendo hueco», asegura Fran Hervías. El equipo de organización que dirige tiene ya un horizonte de presencia institucional tras el 24-M que pasa por cinco Comunidades Autónomas y numerosos Ayuntamientos. Madrid, Valencia, Murcia, Asturias y Aragón están en el punto de mira por varios factores: el desgaste del PP en aquellas donde gobierna, la falta de liderazgo claro del PSOE para lograr mayoría absoluta y multitud de partidos pequeños regionales en aras de disolverse. Aquí radica esa «transversalidad» de Ciudadanos, donde acuden votantes conservadores, socialistas y de otras formaciones como UPyD, en evidente descomposición. Según fuentes del la dirección, el goteo de afiliados no cesa en los últimos meses, lo que aleja a Ciudadanos de ser un partido exclusivamente catalán y lo sitúa ya en un plano nacional.

Los hombres de Rivera opinan que los ataques hacia su figura han producido el efecto contrario. «El naranjito de Rafael Hernando y el pañalito de Celia Villalobos nos ha dado afiliados y simpatías», afirma uno de ellos al recordar las palabras de los dirigentes del PP. Por ello, algunos ministros del Gobierno y «barones» populares son contrarios a la estrategia de atacar o despreciar a Rivera, dado que sería el aliado más factible en un futuro. En ello se enmarcan las últimas declaraciones del titular de Sanidad, Alfonso Alonso, o el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, en el sentido de suavizar sus opiniones sobre el líder de Ciudadanos. Todos los analistas coinciden en que el mayor número de futuros votantes a C´s provienen del PP, seguidos de socialistas y jóvenes que acuden a las urnas por vez primera.

El equipo de Rivera tiene ya decidido su plan para el 24-M. Presentarán candidaturas en todas las autonomías que celebran elecciones y pronostican muy buenos resultados en Madrid y Valencia, tradicionales feudos del PP, con «sorpresas» en Murcia, Aragón y Asturias. En cuanto a los Ayuntamientos tienen cerradas listas en 750 municipios con previsión de obtener más de mil concejales en toda España. El partido tiene en estos momentos nueve diputados en el Parlamento de Cataluña y otros nueve en Andalucía, lo que fue todo un éxito, ya que salieron de la nada con la nueva implantación en esa tierra. Dos eurodiputados en Estrasburgo y algunos concejales procedentes de antiguos partidos regionales son «una buena pista de salida» para dar el salto en toda España, según sus dirigentes. Todos ellos rebaten las acusaciones que se les han formulado en los últimos meses. Sobre ambigüedades en el discurso económico apelan a la autoridad de Luis Garicano y Manuel Conthe, dos expertos economistas forjados en EE UU y la London of School Economics. El primero es un brillante profesional, a veces discutido, y el segundo fue presidente de la CNMV. En cuanto a su financiación, explican que proviene de la subvención como grupo propio en el parlamento catalán, cuotas de afiliados y créditos bancarios con la única entidad que se lo concedió en los inicios. Las «sombras» sobre financiación encubierta procedentes de algunos empresarios del IBEX son negadas tajantemente por el equipo de Rivera. No obstante, reconocen que últimamente, y sobre todo tras las elecciones andaluzas, muchos «gurús» financieros se han visto con Albert Rivera. «La transparencia es nuestra marca», añaden.

El antiguo campeón de natación en Barcelona, que saca tiempo de donde puede para seguir yendo al gimnasio, se aferra al mensaje de la unidad de España, otra de las claves de su éxito. Un día quedó prendado por algunos ideólogos del catalanismo ilustrado, entre ellos Frances de Carreras, que fue su gran impulsor en su aventura política. Esa defensa y oposición sin fisuras al nacionalismo le ha granjeado simpatizantes. «Lo dice sin miedo, pero sin coraje», opinan varios sociólogos.

El ascenso de Rivera y C´s afronta una encrucijada. «Yo seré transversal», repite hasta la saciedad este líder pulcro y de momento sin mácula. Consciente de su creciente papel como partido bisagra, no desvela sus cartas. «Pactaremos con quien combata el paro, la corrupción y defienda España», reitera una y otra vez.

En su primera reválida, Andalucía, ha dejado clara su línea roja ante Susana Díaz: la expulsión de Chaves y Griñán. ¿Con quién pactará Ciudadanos en otras plazas electorales? Todo depende, y será en función de los resultados. Esa invocación a la transversalidad le está siendo rentable de momento, pero habrá de retratarse en el futuro. «A Rivera le han hecho un héroe los nacionalistas, veremos en el resto de España», opina un veterano dirigente del PP catalán que bien le conoce. Sea como fuere, y ante el creciente ascenso en las encuestas, Albert Rivera afronta todo un proceso de ortodoxia y definición política. «No queremos cometer errores», aseguran dirigentes de Ciudadanos.

El campeón de natación prepara su jugada ante el 24-M. «Salimos a ganar», afirma. Y tampoco oculta que podrá ser la llave decisiva. «La puerta para gobernar», en palabras de los hombres de su entorno. En las últimas semanas se ha visto con destacados empresarios, a quienes intenta vender su programa económico y calmar frente a las agitadas amenazas de Podemos. «Yo soy el líder tranquilo», le dijo a uno de estos financieros en un reciente almuerzo.