Restringido
Cómo apoyar a la industria
Parece que hay consenso en la necesidad de apoyar a la industria. Todas las voces opinan que con una industria potente, nuestra crisis habría sido menos dura y que con más industria conseguiremos una mayor estabilidad y calidad en el empleo y una salida más rápida de la crisis.
Pero en nuestro caso, no se trata sólo de eso, que de por sí es muy bueno. Tenemos que ser capaces de conseguir un importante superávit de la balanza comercial, para que conjuntamente con la aportación de otros sectores, podamos empezar a devolver la ingente deuda contraída.
Este superávit casi se alcanza el año pasado, gracias en parte a nuestra mejora en las exportaciones pero, sobre todo, gracias a nuestra atonía en el consumo interno. La ecuación es ahora otra y nuestras empresas tienen que fabricar y vender más, tanto dentro como fuera de España.
Dado que este problema también existe en otros países de Europa, se están poniendo en marcha diferentes medidas de apoyo, siempre con la espada de Damocles de no incurrir en competencia desleal. Lamentablemente, parece que Damocles no trabaja fuera de Europa y sólo nos flagela a los europeos.
Hay muchas maneras de apoyar a la industria y no sólo desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Se hace también desde los Ministerios de Educación, Agricultura, Fomento, Economía, Hacienda, Seguridad Social, Defensa, etc..., sin olvidarnos de las autonomías, dada la enorme cantidad de funciones transferidas.
Todo ello viene a cuento por la reducción de presupuesto en el Ministerio de Industria en unos momentos en los que decimos que tenemos que incrementar la Industria en casi un 50%, para alcanzar el 20% del PIB, en el año 2020. Confiemos en que se haya tenido en cuenta en las partidas de todos los ministerios.
Aunque pueda resultar extraño, el primer apoyo que necesitamos es el de la sociedad y el de la opinión pública en su conjunto. Tenemos que reconocer que la industria no está bien vista, al menos algunos sectores industriales, desde algunos colectivos sociales. Para poner en marcha o simplemente para mantener operativo cualquier proyecto industrial, tenemos que resolver multitud de problemas, entre los cuales casi siempre hay que contar con una plataforma «social» de oposición al sector. Lamentablemente, los que están a favor nunca se manifiestan.
Cuando cierra o no abre una empresa en Occidente, lo va a hacer otra, no siempre lejana, con un impacto medioambiental muy superior. Esa nueva empresa, que no vela de la misma manera que la nuestra por la seguridad, por los derechos de los trabajadores, por el medio ambiente, etc... y que no tiene que pagar por una energía menos contaminante, ayudará a continuar las deslocalizaciones, en un proceso que, gracias a Dios, Estados Unidos ha empezado a frenar. Confiemos en que Europa, incluida España, haga lo mismo.
Apoyar a la industria con medidas en formación, investigación y desarrollo, financiación, avales, seguros, apoyo comercial, compras novedosas, ingeniería de calidad, infraestructuras, transportes, energía, etc, evitando duplicidades administrativas, trámites sin límites, cambios normativos continuos, etc, nos ayudará a alcanzar tan añorado y necesario objetivo.
Ojalá, al igual que pasó en Alemania, nuestro «hecho en España» sea pronto una referencia positiva en nuestras compras, que hace mucho que terminó nuestra autarquía y ahora competimos globalmente con lo mejor de cada mercado.
Sin lugar a dudas, necesitamos alcanzar un gran pacto por la industria que no termine con la legislatura, sino que se mantenga estable en el tiempo y nos permita afrontar las futuras crisis en las mejores condiciones posibles.
*Presidente del Instituto de la Ingeniería de España
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