Complejo navideño

No comprendo que se haya armado semejante revuelo por las referencias religiosas en la felicitación navideña del presidente del Congreso. Jesús Posada sólo ha echado mano de la simbología belenística de la Natividad del Señor, que es lo que se conmemora en estas fechas. Lo sorprendente habría sido que nos felicitase la Navidad con una foto de Norma Duval. ¿Cuál es el problema? Aunque no soy creyente, comprendo que vivo en un país moralmente vertebrado por el catolicismo y comprendo que los símbolos de su vieja religiosidad estén por todas partes, igual que entiendo que para muchos españoles esas manifestaciones sean más reconocibles y admirables que las señales de tráfico. A mí lo que me parece grave no es que el Sr. Posada recurra a los símbolos cristianos de la Navidad, sino que se disculpe por haberlo hecho, como si en vez de redactar un mensaje, hubiese perpetrado un crimen. La derecha está llena de absurdos complejos y raras veces toma una decisión que no resulte equivocada justamente por el error de correr a disculparse antes de darse prisa en enmendarla. Yo recibiría encantado la felicitación del Sr. Posada sin sentirme en absoluto agredido en mi agnosticismo, entre otras razones, porque lo que de verdad me parece preocupante es que, en nombre de la libertad que predica, el laicismo se haya convertido en una actitud intransigente. ¿Cómo se puede ser tan intolerante con la mayoría religiosa invocando los valores sagrados de la democracia? Ya ocurrió antes con el tema de las imágenes de Cristo en las escuelas, cuando en lugar de reclamar el ostracismo de la Crucifixión lo razonable desde un punto de vista laico habría sido caer en la cuenta de que un crucifijo no es un símbolo avasallador del Cristianismo, sino un sitio estupendo.