Carlos Rodríguez Braun
Consumidores justos y móviles
Leí un manifiesto de la asociación Adicae con este título: «Por una sociedad más justa ¡movilízate!», como si la justicia fuera acumulativa.
En la línea de la retórica colectivista al uso, para Adicae todo son «derechos». Por ejemplo: «El derecho a una vivienda digna, el derecho a un sustento económico y a un consumo suficiente, el derecho a una justicia efectiva, el derecho a una alimentación saludable, el derecho a la educación financiera independiente, el derecho a la garantía del ahorro y seguridad económica de las familias y otros tantos de los consumidores son sistemáticamente quebrantados en nuestro Estado». Y si no tenemos todo esto y más, es que nuestros derechos son violados, y la clave de la explicación para Adicae es la siguiente: «Esta vulneración hunde sus raíces en considerar al ciudadano por parte de los grandes poderes económicos como mera mercancía para la maximización de sus beneficios e intereses, degradando nuestros derechos sociales y económicos a la mínima expresión».
O sea que usted, señora, está dominada por Zara, que reduce sus derechos «a la mínima expresión». Es un disparate, cuyo desenlace es inquietante, porque Adicae cree que lo que nos pasa es que el Estado es muy pequeño. Entonces: «Queremos un cambio de modelo de consumo para democratizar el sistema económico y construir una sociedad más justa. Pedimos que en todas las actuaciones de los poderes públicos se consideren los derechos de los consumidores como pieza central para un nuevo modelo económico y de país».
Quieren cambiar su consumo, señor. Y para eso piden derechos y más derechos, todos derechos sociales, nunca individuales. Es más, señora, en Adicae creen que sus derechos de usted no valen nada: «Así, frente al intento de considerar a los consumidores como sujeto individual del que emana el único derecho a la libre elección de compra dentro del mercado, nosotros reivindicamos el cambio de paradigma de los consumidores, pasando de ser un sujeto individual y pasivo a agente social con derechos. Sólo saliendo de esa ficción individualista y mercantilista que encubre una situación de desequilibrio y dominación, podremos garantizar la efectiva aplicación de los derechos económicos y sociales». Y nos invitan y animan: «¡Es la hora de que cambiemos la realidad!».
No se puede expresar mejor el odio a la libertad. En Adicae creen que cuando usted hace la compra usted es una basura pasiva, y lo que debería suceder es que «cambiemos la realidad» para que usted sea «agente social con derechos».
De pronto, señora, usted vuelve a leer un manifiesto que supuestamente la defiende a usted. Y no dice ni una palabra de los impuestos que usted paga, y que no puede dejar de pagar, porque si no paga va presa. En cambio, si usted no le compra a Amancio Ortega, no pasa nada. En Adicae quieren cambiar la realidad, señor, para que usted esté aún más sometido al poder de lo que ya está. Y llaman a eso «derechos de los consumidores».
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