Ely del Valle
Corazones y sonrisas
Unidos Podemos ha presentado su campaña electoral, que es lo mismo que decir que ha presentado su campaña la corporación de Pablo Iglesias. Nada en el logo recuerda a IU, y no parece casualidad que la palabra «Unidos» esté decorada con un corazón que la difumina, mientras que «Podemos» aparece en todo su esplendor, limpia de polvo, paja y cupidos. El lema, «La sonrisa de un país» también está hecho ad hoc para los morados. Imposible asociar la lucha de clases, la defensa del proletariado, la hoz y el martillo o la circunspecta seriedad de Alberto Garzón con sonrisas y corazones en technicolor.
En cuanto al mensaje, que sigue siendo el del cambio y el de lo nuevo, es de una ambigüedad estudiadamente demagógica –o si se prefiere, de una demagogia intencionadamente ambigua–. ¿Cambio de qué y hacia dónde? ¿Nuevo desde cuándo y para qué? «Gobierno del cambio» es el mantra que le sirve a Iglesias de anzuelo para pescar los votos de quienes pasan de ideología pero están insatisfechos con lo que hay, lo que ven o lo que tienen; un caladero abundante pero muy escurridizo.
El gran mérito de Podemos es el de haber tenido la habilidad de encontrar su «ábrete Sésamo» en la palabra «transversal» para llegar a toda esa gente que recela de la política pero que está dispuesta a votar por hartazgo. IU es sólo una inversión, incómoda pero necesaria, para hacer caja electoral, y a la que hay que utilizar de manera que rente y no reste. Y en ello está Podemos, que visto lo visto, está consiguiendo que los de Garzón se difuminen. ¿La prueba? Cambio, corazón naif y sonrisa esplendorosa. Si alguien identifica tras semejante dosis de hippismo, la recia imagen de Izquierda Unida, que venga Marx y lo vea.
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