Real Madrid
Danilo y la nevera
La lesión de Marcelo convierte la victoria del Madrid ante el Málaga en pírrica, sobre todo porque los dos laterales titulares han quedado fuera de combate y sin más recambio de garantías que el polivalente, sobrio y ejemplar Nacho. La cantera al poder, sin rechistar. Un ejemplo al que no puede acogerse Coentrao, el enfermo imaginario; tampoco Danilo, a quien Zidane intentó desviar erróneamente del punto de mira del respetable hacia el de la Prensa, cuando es el público del Bernabéu el que en cada uno de los pocos partidos que juega le pide cuentas. Y Danilo no rinde. Por eso, no por las críticas en los medios, el entrenador le ha congelado. Prefirió Zizou alinear a Nacho en la derecha de la zaga y no liberó de la nevera al brasileño fichado del Oporto, por 31,5 millones, cuando una inoportuna y dolorosa rotura muscular abatió a Marcelo para complicar el porvenir del equipo en el momento álgido –gélido, helado– de la temporada. En una semana, las dudas se ciernen sobre ese paisaje idílico abonado para el «triplete».
El 2-1 también es épico, reivindicativo y afortunado. En medio de ese maremoto desazonador de Cristiano Ronaldo, más negado que el Chory Castro –ambos remataron al palo y toparon con los porteros–, emerge la indómita figura de Sergio Ramos para afianzar al Madrid en el liderato, asegurarle el honorífico título de campeón de invierno y permitirle navegar en ese otro mar de dudas que las derrotas con el Sevilla y el Celta han agitado.
Sergio hizo los dos goles; el primero, un cabezazo extraordinario marca de la casa; el segundo, con el pie, también generado a balón parado, en fuera de juego que ni el árbitro ni su asistente pudieron apreciar. Después marcó Juanpi y el Santiago Bernabéu pidió la hora. Problemas para Zidane.
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