De los tres deseos, uno se cumple

Dicen los fieles que acuden cada año a venerar a Jesús de Medinaceli que, además de besar los pies de la imagen y rezar ante ella, se pueden pedir al milagroso Cristo tres deseos y que, al menos, uno de ellos se cumple. Es de suponer que alguien le habrá contado esta costumbre a la Reina antes de entrar en el templo en el que los padres capuchinos custodian desde hace siglos la imagen del Nazareno. Y si es así, doña Sofía posiblemente habrá rogado al Cristo que la ayude a ella y a su familia a sobrellevar y superar los problemas que preocupan en la actualidad a la Familia Real. Entre otros, sin duda el más inminente, la operación de columna a la que se someterá el Rey el próximo domingo. Una intervención delicada, sobre todo después de otros recientes pasos de don Juan Carlos por el quirófano, que según los expertos, requerirá una convalecencia larga y una etapa de rehabilitación.

Además de ese asunto, en la mente de Doña Sofía posiblemente también habrá estado la delicada situación por la que atraviesa su hija, la Infanta Cristina, y toda su familia. Acuciados los duques de Palma por la exigencia del juzgado del pago de una suma muy alta en concepto de fianza, dinero que aseguran no tener, y con la perspectiva de la celebración de un juicio en el que Iñaki afrontará la acusación de cuantiosos hechos delictivos, el futuro se presenta muy oscuro para ellos.

Como compensación, las miles de personas que aguardaban para besar al Cristo de Medinaceli supieron apreciar la presencia de la Reina, expresarle su afecto y arroparla en los momentos complicados que vive en los últimos tiempos. Los testimonios de cariño del público que acude devoto en este tiempo de cuaresma a visitar y rezar ante la imagen de Jesús seguro que han calado hondo en el ánimo de la Reina y han servido para darle ánimos en estos momentos de tribulación. No en vano, Doña Sofía mantiene su alta valoración en las encuestas y es la más apreciada por la opinión pública.