Alumnos

Dejadles aprender

La Razón
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Existe en las empresas una costumbre «fea», que hunde sus raíces en la mediocridad, la cual consiste en «eliminar» todo aquello que huela a «trabajo de calidad», máxime si puede poner de manifiesto la baja «performance» (ejecución, grado de profesionalidad) de los «eliminadores». Según el PSOE, la Lomce ataca a la igualdad de oportunidades y retrocede en la calidad de la Educación. Cabe preguntarse cuando dicen «calidad», ¿qué quieren decir? Y ¿qué «calidad» usan como referente para comparar? Al alumno le es muy difícil aprender si el plan de estudios cambia constantemente. Mientras los políticos se dediquen a medirse los «egos» en lugar de elaborar un plan de estudios que persista en el tiempo, gobierne quien gobierne, y no se centren en elevar el listón educativo y en generar alumnos suficientemente competentes para poder competir con otras personas en cualquier país, será imposible tener una Enseñanza excelente.

En los envidiados EE UU, hay estudios sociológicos que cuentan que las personas suelen escoger un programa de televisión u otro en función de su estado de humor: por ejemplo, si se encuentran tristes y melancólicos escogen un programa que combine con su «mood». Por consiguiente, al igual que los americanos, los políticos puede que se decanten por una enseñanza excelente o no en función de su «bagaje interior» e intencionalidades. Consecuentemente, un político con una buena formación académica querría para los ciudadanos de su país una enseñanza de calidad que les permita nutrir sus neuronas con temáticas impartidas a su vez por enseñantes competentes y cualificados. Y, al contrario: políticos mediocres abogarían por un plan de enseñanza mediocre, pues es lo que combina con ellos y les permite mantener a la gente en la inopia culturil. Un pueblo cuyas neuronas no están acostumbradas a pensar y están adoctrinadas es muy fácil de manejar. Quizá debamos enviar a los políticos de vuelta a la escuela de aprender a aprender. Dejad que los niños estudien.