Marta Robles
Diego Costa, «brasiñol»
Diego Costa es «brasiñol». O lo que es lo mismo, es mitad de allí, mitad de acá y puede ser de cualquier sitio porque, al menos de momento, todo el mundo le quiere. Tanto es así, que ha sido reclamado por las selecciones de sus dos países, el de nacimiento y el de acogimiento. Vamos que Vicente del Bosque y Scolari se han enzarzado dialécticamente porque ambos querían a Costa entre sus filas para el próximo Mundial... Pero Diego Costa, que es un hombre coherente y legal, ha dicho que él ha crecido futbolísticamente en España, a donde llegó bien jovencito y que ya con la nacionalidad adquirida, y el amor español (sobre todo atlético) a su juego y a su persona, el quiere estar en la Selección del país en el que vive.
«Uno no elige el país en el que nace», ha dicho el seleccionador español, que se ha quedado enormemente satisfecho con la respuesta positiva del jugador. Pero lo cierto es que Costa ha nacido en Brasil y allí también tiene sus quereres. Tanto que ya ha dicho que cuando se retire se irá a vivir a su país de origen. Y servidora, mas allá de la burrada del seleccionador brasileño de que habría que quitarle la nacionalidad, se pregunta si Diego no se ha planteado que, el día de mañana, a su regreso, serán muchos quienes le quieran castigar por esta elección de hoy... Porque igual que las fidelidades que provoca el fútbol suelen ser para siempre, a los rencores les pasa lo mismo. Yo, como Del Bosque, no sólo aplaudo sino que también agradezco que este fenómeno del fútbol se quiera quedar en nuestra Selección, pero no deja de preocuparme lo que le costará su bonito gesto... ¡Que difícil es ser «brasiñol»!
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