Real Madrid

Diga 33

Estimulado por los tres goles que hizo en el Calderón, Ronaldo «descansó» en Lisboa y recuperó la intensidad laboral frente a otro Sporting. Corría más que Benzema y que James, mejor que Modric. Buscaba el balón atrás, lo conducía veloz. Entró en el partido al segundo mientras algunos colegas miraban al cielo porque el agua los cegaba y temían constiparse. Distraídos por el chaparrón o descentrados por el animoso equipo de Abelardo, sólo reaccionaron cuando Cristiano marcó desde el punto G –de gol, en su caso– y después de que Keylor en cinco minutos viera pasar por delante la procesión de las ánimas.

Del gol que no metió Carmona al 1-0, un suspiro, prolongado hasta que Nacho centró con zurda de seda lo que el insaciable Cristiano no apostató al cabecear el 2-0. A los 18 minutos el partido parecía visto para sentencia... Pero resulta que el Sporting tiene maneras, y sus armas, que no son de destrucción masiva como las del Madrid, acogotan. No rifa la pelota en su área; la saca con criterio –escuela azulgrana en el ADN de Abelardo– y los medios corren como demonios si lo que hay por delante es un erial o adversarios compasivos. En uno de los múltiples errores de los jugadores del Madrid al trasladar el balón, precisamente Modric lo entregó en la ventanilla equivocada y Carmona se resarció. Nervios, cambios –no tuvo Danilo su mejor día–, recomposición y el Sporting, empujado por la «mareona», encerrando al líder en el Bernabéu. Los pajaritos disparaban a las escopetas, pero erraron el tiro de gracia: Duje Cop no sabe apreciar las ventajas del punto G y perdonó el empate.

Con permiso de la Cultural, frente al Barça podría dar Zidane la campanada, si dice alto y claro 33, si salva el resfriado.